Falso

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Hola, soy yo trayendo una historia donde Reki sufre nuevamente por mí (autora malvada, lo sé).  Se nota el resentimiento que le tengo a Langa tras el capítulo de la separación jajaja les juro que ya me calmé poquito después de escribir Mi ex novio.

La siguiente historia está inspirada en "Perdona mi llanto" de Vybe.  Si tienen oportunidad, escuchenla.

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El llanto era lo único que se escuchaba en aquella fría casa, haciendo eco con la soledad de la habitación y contrastando con el fuerte sonido de los truenos que aparecían súbitamente en los cielos.

Pronto el llanto se convirtió en algo desgarrador. Ni una sola persona estaba para él en esos momentos, lo que hacía más lamentable la existencia del chico de ojos ámbar tras pensar en todo lo que había pérdido por solo una persona: Langa Hasegawa.

Palabras de odio hacía sí mismo era lo único que podía pensar en ese momento el joven, hiriendo su autoestima en el proceso. Ya nada le importaba, lo único que necesitaba era el amor y seguridad que le brindaba su pareja... aunque sabía que eso ya no lo volvería a sentir a su lado, y todo por culpa de la tercera rueda en esta relación.

"Soy un idiota" "¿Cómo pude pensar que alguien tan perfecto como él querría estar a mi lado? Si soy un bueno para nada" "Soy tan insignificante" "Soy nada a su lado" "Él se merece algo mejor"—pensaba el pelirrojo. Hace tiempo que no tenía ese tipo de pensamientos, sin embargo, tras descubrir a Langa con Ainosuke en un hotel y ser humillado por este último, los pensamientos empezaron a brotar nuevamente.

Su Langa lo había engañado.

¿Realmente su amor se había esfumado? ¿A Langa no le quedaba ni una pizca de amor por el chico? Tiempo atrás juraba con su alma que lo amaría y que estaría con él por la eternidad.

—Tan falso como siempre. —recordó el comentario que había hecho Miya. No le había prestado mucha atención en ese entonces, pero ahora lo recordaba tan claramente que se sentía aún más estúpido.

Si tan solo le hubiera hecho caso a su familia, si tan solo hubiera captado las señales rojas, si tan solo no se hubiera enamorado de él... Reki no estaría sufriendo, pero como dicen "el hubiera no existe", y Reki estaba pagando muy caro el haberse aferrado a una relación rota.

Si arrugas un papel y tratas de dejarlo como estaba, no lo lograrás

Por más que trates, el papel siempre permanecerá lleno de pliegues y de arrugas.

Su relación ya no volvería a ser la de antes, pero él no lo quiso ver.

Hizo su mayor esfuerzo para recuperar su antigua relación, trataba de ser un buen esposo y ama de casa, por lo que decidió dejar de trabajar y enfocarse en su esposo, preparandole la comida, el baño e, incluso, su vestimenta, tomando gran parte de sus ahorros, por no decir todos, para comprar artículos o regalos para Langa, ya no salía con sus amigos por estar al pendiente de su hogar y para recibir con cariño a su cansado esposo al final del día; sin embargo, la indiferencia de Langa se notaba cada día más. Ya no quedaba ni una pizca del amoroso hombre con el que se había casado... no, Langa seguía siendo amoroso, pero ya no con él, sino con alguien más.

Los días en que Langa llegaba tarde se hacían frecuentes, al igual que los días en que no se despertaba a su lado ni le daba el buenos días. Ya no comía con él y ni hablar de las pocas veces en las que hablaban.

Reclamos y enojos por parte de Langa sustituían las palabras de cariño que Reki quería volver a escuchar.

Todo se fue esfumando junto al amor que tanto le había profesado en sus primeros años de relación.

Los pasos de Langa se escuchaban fuera de la habitación, regresando y pasando de lado, como si no le importara la condición en que se encontraba Reki en estos momentos. Quería aferrarse a sus piernas como hace una hora había hecho, pero ya no le quedaban fuerzas para levantarse, solo quería hacerse bolita en su cama y llorar hasta dormirse para olvidarse de todo.

Quería dejar de sufrir.

Deseaba que todo fuera una pesadilla.

—Sabes, Langa —el canadiense lo miró, atento a lo que su compañero le quería decir —, me da miedo perderte. Eres alguien increíble, y temo que te des cuenta del desastre que soy.

El chico de cabellos azules abrazó al pelirrojo, transmitiendole su cálido amor con sus brazos y unas palabras.

—Nunca me alejaré de ti, siempre estaré a tu lado.

Mentiroso, mentiroso.

—Es mi jefe, por dios. No pienses en cosas que no son, yo te amo a ti.

Sus dulces palabras endulzaron sus oídos.

—Te lo prometo, Reki.

Lágrimas recorrían sus mejillas hasta acabar perdiéndose en el azulejo blanco que eligió junto a Langa días después de comprar aquella casa.

—Es todo, Reki. Me voy. —le dijo Langa tras tocar la puerta de la habitación y entrar para despedirse de su esposo, próximamente ex-esposo. —Si necesitas algo, puedes llamarme y... perdoname, no era mi intención hacerte daño.

No servía de nada disculparse. Langa sabía que su relación iba a terminar, y aún así continúo prometiendole la luna y las estrellas.

—Cerraré con llave. —avisó Langa, esperando alguna respuesta de su parte. No quería que su relación acabará de tal manera, al menos quería seguir siendo su amigo para no sentirse como una mierda de persona.

—Langa. —llamó el pelirrojo en susurros. Había dejado de llorar sin darse cuenta.

—¿Si? —Langa lo miró, teniendo una pequeña esperanza de que Reki lo perdonara.

—Quítate la cadena.

La cadena que Reki le había regalado en su primer aniversario de novios. Una cadena de oro con diminutos diamantes incrustados que formaban un infinito como símbolo de la eternidad.

Quitándose la cadena y dejándola en el buró, Langa perdió por completo a Reki.

Salió de la habitación que antes compartía con Reki y dejó la casa que había comprado con él.

Lo había arruinado, y lo sabía.

Un amor eterno tan falso que terminó destruyendo la relación de dos supuestas almas gemelas.

¿Para qué sirven las nubes si no va a llover? 

¿Para qué sirve la luz si no me vas a ver? 

¿Por qué quieres que me quede si no me quieres? 

¿Por qué gritas que me amas si no lo sientes? 

Amor eterno falso (Renga / Eden)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora