Capitulo 1.
Si le preguntasen personalmente de cómo se sentía en estos momentos, no te pudiese responder con una respuesta concreta. Ser concreto es una virtud, virtud que muy pocas veces tomaba la iniciativa en su propia vida. Sentimientos como la tristeza, felicidad, enojo, y la confusión existían dentro de él, pero estaban tan juntas que se parecían a un mechón gigante de cabello que es conformado por varios otros mechones, y que se enredan juntos para crear uno más grande. Se pueden separar, sin embargo, duele bastante en hacerlo.
Eso es lo que siente en estos momentos.
No quería sentir dolor por hacer la hazaña de descubrirse a sí mismo. Dolor que sabía que si tomaba en serio, el mismo sabía que no iba a poder avanzar por el resto de su vida. Bueno... si es que por lo que está pasando es avanzar.
Desde toda su vida desafortunada ha estado en este mismo proceso; pensando en que poder llegar a sentir. Y hasta el momento, una sola emoción había pasado por su cuerpo en una ocasión desprevenida.
Clank, clank, clank.
Agua... agua, agua, y más agua.
No tener un hogar le da la virtud a climas que toman ventaja de personas como el, y en esta ocasión no fue lo contrario de muchas otras veces.
La lluvia caía al frente de él, como encima de él. Cada gota burlándose de el como si ellas no tuvieran algún problema en hacerlo sentir alguna enfermedad al día siguiente. Obvio, el frío clima tampoco ayudaba a hacerlo sentir mejor.
Su posición siendo la de estar sentando en una banca durante la noche fría. Sus ojos abiertos mientras cada gota cae encima de su cabello que está alisado por la lluvia. Sin embargo, luego de darte toda esta explicación de porque se sentía de la manera que se sentía, encontraba que de alguna forma no se sentía así.
No se sentía solo.
Como si los efectos especiales de teatros enfocaran su vista en el objeto al frente suyo, la luz artificial del póster de electricidad enfoco su vista en tal redondo objeto.
Fútbol.
Una pelota de fútbol.
Afuera del agua, el frío, y las corrientes de pensamientos negativos, el único sentimiento, o más como un instinto que se sentía diferente era el mismo que ese objeto redondo le traía a él. No obstante, como una sombra que es la propia sombra de la muerte lo atrajese, su propio cuerpo se levantó de esa banca para acercarse.
Era como si el balón de fútbol lo controlase, lo llamase para que ambos se volvieran uno. Una atracción de primera vista. Un amor a la primera vista de ambos hacia al otro.
Sus ojos abriéndose más para dejar ver una expresión única, cada uno de sus ojos moviéndose en aspírales que poco a poco se juntaba con un color rojo intenso. Su cuerpo sintiendo los sentimientos que este balón le producían. Sin saberlo una sonrisa se extendió por sus mejillas, su cuerpo absorbiendo la energía que sus sentimientos producían.
No entendía mucho los sentimientos, y tampoco quería entender, sólo quería sentirlos por instinto por todo lo que podía.
Sin alguna razón alguna, intentó en hacer algo nuevo. Nuevo en el sentido de que nunca había tocado un balón de futbol.
Moviendo su pie por encima de la pelota hacia la derecha encontró que el balón se movía consigo mismo, sin embargo, de alguna forma u otra el balón terminó arriba de su zapato que ha tenido durante los últimos tres meses.
No supo porque pero tuvo la idea de saltar en ese momento, aunque pensó dos veces en hacer tal acción, ya que su pierna derecha con el movimiento anterior se movió a su pierna izquierda.