"MY WHATCHFUL"

capítulo 1: Empieza la tortura.

12 de septiembre de 2014.

¡La alarma esta sonando, a puta alarma! Eso quiere decir que empieza la tortura de todos los años, e instituto, por suerte es mi ultimo año.

-¡___ vaja a desayunar, llegaras tarde!

-¡ Ya voy papá!

Mi papá, la única persona a la que amo con locura. Des de que mi madre se fue cuando yo tenía 9 años y mi hermano 16, mi padre se ha encargado de todo, y lo ha hecho de maravilla. Si mi madre se presentara ahora y dijera que querría volver a ser la familia que éramos antes, mandarla a la mierda es lo menos que haría, después de todo por lo que hemos pasado, ni loca.

-___ ¿Ya tienes todo preparado?

-Si, esta todo, todo menos yo.

-Tranquila pequeña, todo esta bien, nada va a ser igual.

-No se papá me da miedo.

En el instituto me haven bullying, me tratan como la misma mierda y siempre me restriegan lo de mi madre. Saben como hacer daño. Frases como "os abandono porque no os quería" o "tu madre era puta y por eso se fue, para poder trabajar mejor" son las que el año pasado aparecían pintadas en mi taquilla por algún infeliz.

Aunque ahora he cambiado, nadie va a joderme el último año.

-Bueno papá me voy. Te amo.

-Adiós hija, te amo más.

De camino al instituto, con mi música y en skate siento que alguien me observa pero miro para todos los lados no veo a nadie. Acelero mientras suena Centuries de Fall Out Boy y a lo lejos pedo ver la puerta del instituto

Al entrar uno cuantos silbidos se apoderan de mis timpanos, me giro para ver si hay alguna de las animadoras pero no. A ver se puede decir que he cambiado, pero no creo que no se acuerden de mi, después de todo o que me han hecho.

-¿quien es esta bella dama?

-Soy ___ idiotas.

-Dios mío ___ has cambiado muchísimo, ahora estas... wow.

-Soy igual que antes ineptos, ahora... Dylan, Taylor, adiós.

-Acepta una cita conmigo.

-No quiero una cita contigo Taylor, después de todo lo que me has hecho.

-Vas a venir a una cita conmigo si o si.

Me acorralo contra las taquillas y se acerco tanto a mi que podía sentir sus labios en mi oreja, a la misma vez que la sensación de sentirme observada me invadía de nuevo.