Único.

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"Juan y Spreen andan de hormonales y Spreen decide cogerse a Juan en no más y menos que en la iglesia del profeta, para hacer que Juan siempre tenga miedo de que entre el profeta."

— — —

Spreen y Juan se encontraban en la iglesia del profeta, el híbrido oso más fuerte y desafiante negociando con el hechicero supremo más quisquilloso.

Spreen quería algo de este y no algo bueno, para resumirlo, el híbrido quería la "varita" del profeta, obviamente el hechicero no se lo iba a dar, por nada del mundo, quien sabe que cosas podría hacer con esta, ni loco lo iba a hacer, aunque se la podía "prestar" por cuatro horas, pero por un solo precio, para ser directos el precio es que Spreen se folle a Juan

Spreen no era un tipo muy amable que cumplía los deseos de todos, el era grosero y agresivo con el que lo atacara o lo sabotee en su negocio, el era un tipo muy serio y burlón. Solía pelear mucho y generalmente tenía mucho ego, que se alimentaba cada que le tenían miedo.

Por lo cual iba a ser difícil que Spreen aceptara, o tal vez imposible.

En cambio, Juan regalaría el culo hasta por 25 tortillaland coins de cobre. El hechicero era un tipo muy alegre, bueno, casi siempre, el es muy inestable emocionalmente, puede estar feliz y al rato triste, generalmente suele pelear mucho e intenta ayudar a todos, el es grosero y burlón se podría decir, Ah, pero no te burles de el en sus peores crisis.

Sin más, decidió armarse de valor y preguntarle a Spreen, porque le daba algo de miedo aquel híbrido, porque siempre estaba armado y sabía pelear muuy bien.

—. Spreen, te daría la "varita"

El hechicero hizo varias comillas cuando pronunció "varita"  haciendo que el híbrido malinterprete y se sienta subestimando, automáticamente empezando a insultar al mago.

—. Mira hijo de puta, no me vas a andar subestimando mago de mierda, bueno para nad-

Fue callado por unas manos intrusas, tapando su boca con desesperación, algo que hizo enojar más a Spreen, el cual arqueaba sus orejas esponjosas de oso, inclinandolas para abajo, mostrando aquellos colmillos tan afilados como sus ojos ya Violeta intenso tan amenazantes, por su tal enojo. Y es que Juan lo estaba notando, se estaba asustando, había escuchado muchos rumores de que jamás se tenía que hacer enojar a el híbrido porque sería la muerte, pero nunca lo creyó.

—. ¡Espera! ¡Solo te quiero preguntar algo idiota! Te prestare todo lo que tu quieras esa varita como dices, pero a cambio...

Dios mío, la vergüenza que le agarro a Juan para seguir la oración, para el colmo, Spreen se había puesto serio, aunque seguía enojado.

—. ¿A cambio?

—. ¡A cambio quiero tener sexo contigo!

—. ¿Eh?

El híbrido oso estaba bastante confundido, esperaba alguna tarea difícil como, no sé, cosas de mago, pero solo quería tener sexo con el, le parecía raro, pero estaba más que dispuesto para aceptar.

Ahí se encontraba aquel hechicero, aguantando sus gemidos, una mano intrusa de largas garras, tapando sus labios reteniendo sus gemidos y jadeos. Juan y Spreen se encontraban cogiendo en una esquina al fondo de la iglesia, el hechicero atajándose de unos de los bancos de la iglesia, mientras el híbrido se encontraba dando fuertes y profundas embestidas en la entrada del hechicero, quien de pura suerte seguía de pie, ya que sus piernas temblaban a cada embestida rápida.

ᴇɴ ᴄᴜᴀɴᴛᴏ ʟʟᴇɢᴜᴇ ᴇʟ ᴘʀᴏꜰᴇᴛᴀ... // Spruan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora