ʚ.TWO.ɞ

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[ADVERTENCIA: Lenguaje y situación subidos de tono, leer bajo tu propia responsabilidad]

Desde la camioneta observó al de pelo largo saliendo de su casa con su mochila y una caja, seguido de su madre quien le gritaba cientos de cosas y su padre que solo se quedaba mirando desde el marco de la puerta, reacción que no le sorprendió a la pareja, pues ya esperaban que al oír la noticia se pusieran de esa forma tan agresiva.

- Deberías bajar, tu sabes, por si pasa algo - el padre del moreno apagó la camioneta, Bon hizo caso.

- Pero te aseguro que regresarás, arrepentido por tu elección, pero ésta ya no será tu casa, y tu tampoco serás mi hijo - la madre de Bonnie, una mujer de unos cuarenta y algo, cabello lavanda como el del chico que Bon tanto amaba, estatura promedio y tez apiñonada, seguía a su hijo muy de cerca - ¿me escuchaste?, desde ahora tu estás muerto para mí, para tu padre, tu hermana, eres la mayor decepción, si hubiese sabido en qué te convertirías, el día que la doctora Amalia me lo recomendó te hubiese abortad-

- ¡Ya basta mamá! - todos se quedaron de piedra, muy extraña era la vez que Bonnie gritaba, y cuando lo hacía era porque estaba a solo un pelín de perder la cabeza - Si tanto deseas que no vuelva a casa está bien, me voy y te prometo no a parecerme por aquí, solo quiero que sepas que aunque nunca pudimos llevarnos bien, aun te quiero, y la invitación a mi boda sigue en pie, para ti, para papá y para mi hermana.

Su madre no dijo nada más, Bonnie subió sus cosas a la parte trasera de la camioneta y tomó a su prometido de la mano, ambos subieron y el padre del moreno puso en marcha el auto, hubo una última cosa que terminó por romper el corazón del de hebras moradas.

- ¡Bonnie, Bonnie! - volteó hacia atrás, por el cristal pudo ver a Mai, una de sus hermanas, con uno de sus vestidos que le hacían recordar cuando era apenas una niña, su cabello blanco y largo recogido en una media coleta, llorando mientras trataba de alcanzar la camioneta - ¡No te vayas, por favor hermano, no te vayas!.

El coche era más rápido, así que en pocos segundos se dió por vencida y solo se quedó parada a media calle viendo como se iba, Bonnie no pudo más y se quebró, Bon lo rodeó con sus brazos y le dio besitos en su cabeza en señal de decir "aquí estoy".

Pasados unos minutos llegaron a una casa, a la que el mismo padre del moreno había acompañado a la pareja a ver para que los chicos empezaran a vivir juntos, con los ahorros de estos (y una pequeña aportación que el señor quiso darle a su hijo) habían logrado comprarla, era sencilla, pero un lugar acogedor al que pronto podrían llamarle hogar, además, tenía un jardín, cosa que terminó de convencer al de pelo azulado, ya que sabía que su novio siempre había querido una casa con jardin.

Los chicos bajaron y comenzaron a llevar las cajas de la camioneta al interior de la casa, el papá de mientras revisaba las conexiones y que todos los focos de la casa encendieran correctamente, solo tuvo que cambiar la bombilla del cuarto que los chicos habían decidido sería el estudio por una que alumbrara con más potencia, esto para que no se dañaran la vista mientras trabajaban, ya que conocía los gustos del chico de ojos rojos por hacer manualidades y el de su hijo por escribir desde historias hasta canciones.

Llegada la tarde-noche el señor Smith se dispuso a volver a su hogar, dándole un abrazó a su hijo y recordándole que si necesitaban ayuda con algo, él siempre estaría ahí, antes de salir se acercó a su próximamente yerno, quien se abrazaba a si mismo y aún tenía una expresión triste desde que había salido de la casa de sus padres.

Un Futuro a Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora