MI PLAYBOY (Libro III)

CAPITULO 18

Seokjin

Miré por encima del hombro hacia las escaleras cuando sentí una sensación de malestar en la boca del estómago.

—¿Cuánto tiempo se tarda en ir al baño? ¿No deberían estar de vuelta ahora?

—Seojoon, —dijo Yoongi. —Míralos.

—Enseguida, señor. —Seojoon se alejó mientras Hyungsik se quedó con nosotros.

Todavía tenía una sensación de inquietud.

Doblé mi servilleta y la tiré sobre la mesa.

—Voy a ir a ver cómo están.

—Seguro que están bien, Seokjin —dijo Jungkook. —Tienen a Bogum para que les cuide las espaldas.

—Sí, pero ¿quién está cuidando la espalda de Bogum?

Los ojos de Yoongi se entrecerraron y su espalda se puso recta como una regla.

—No crees...

Salté y corrí hacia las escaleras, Yoongi justo detrás de mí. Como solo éramos nosotros dos, asumí que Jungkook se quedó atrás con Hobi y Hyungsik. Odiaba dividirnos así, especialmente si había un problema, pero significaba menos gente en la línea de fuego, por así decirlo.

Cuando llegué al baño, Seojoon estaba junto a la puerta. No había señales de Bogum, Jimin o Taehyung.

—Seojoon, ¿dónde...? —Apreté los labios cuando el hombre levantó la mano.

Señaló su oreja y luego la puerta cerrada.

Caminé hacia el otro lado de él y giré un poco la cabeza para que mi oído estuviera más cerca de la puerta. Escuché voces, pero me tomó un momento darme cuenta de que la acalorada conversación era entre el hombre que amaba y la mujer que odiaba.

—Esa es mi madre, —le dije a Seojoon.

Seojoon asintió.

—¿Dónde está Bogum?

La preocupación nubló los ojos de Seojoon por un breve momento mientras negaba con la cabeza.

Hice un gesto a Yoongi.

—Ve a buscar a Bogum.

Yoongi asintió y empezó a abrir y cerrar puertas más allá del pasillo. Abrió una puerta al final del pasillo y se detuvo. Se quedó mirando por un momento antes de chasquear los dedos y luego entrar en la habitación.

Corrí hacia él y luego jadeé cuando vi a Bogum tirado en el suelo, con las manos atadas a la espalda. Estaba inconsciente, pero había un ingenioso dardo rojo en su muslo.

—¿Está él vivo?

—Está respirando—. Yoongi lo sacó y me lo mostró. —Enséñale esto a Seojoon. Él sabrá qué hacer.

Agarré el dardo y corrí hacia Seojoon.

—Bogum está ahí atrás inconsciente y atado—. Le mostré el dardo. —Esto estaba en su muslo.

Los labios de Seojoon se curvaron hacia atrás en un gruñido cuando me lo arrebató de la mano. Avanzó un poco más por el pasillo y sacó su teléfono. En un tono muy duro, pero bajo, ladró un montón de órdenes.

Cuando Seojoon regresó, tenía su arma en la mano.

—Ve a ponerte de pie con el señor Min.

—No. —Taehyung estaba dentro de ese baño. No me alejaría hasta que él estuviera de vuelta en mis brazos.