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—Sí.—afirma—Haerin, llevo sintiendo lo mismo hace unos meses.—responde Danielle.—Cuando estabas con Eunchae, me mataba la idea de que te olvidarás de mí.
—Dani...—pronuncia Haerin, pero ella impide que su amiga continuara hablando, se acerca un poco a Haerin.
—Esperaré lo suficiente, para probar tus labios.—le susurra.—pero cuando llegue el momento, notarás que mis labios no van a mentir.—Haerin no sabía que responder ante las palabras de Danielle, solo se mantuvo en silencio y sonrosada.
Danielle se levanta y se encamina hacia la puerta.
—¿Ya te vas?—pregunta Haerin poco nerviosa.
—Sí.—afirma con una sonrisa.—Me voy feliz, feliz porque ya se aclararon las cosas entre nosotras.
—¡Espera! ¿Me puedes dar un beso?—Danielle la observa sorprendida y se acerca poco a poco hacia su amiga.—En la frente o en mi meji...—Haerin siente los labios de la australiana en las comisuras de sus labios.
—Déjame elegir esta vez donde quiero besarte.—le dice ella y se despide con una guiñada, Haerin cubre nuevamente con la almohada, se siente más avergonzada de lo normal.
Danielle abre la puerta topándose con Minji.
—¡Hola Danielle! No sabías que estabas aquí.—le dice ella.
—Yo tampoco sabía que vendrías.—responde.
—¿Qué le pasa a Haerin?—Min la mira con preocupación.
—Acabamos de practicar el beso negro, muy pronto se le pasará.—bromea Danielle y se va.
—¿Beso negro?—le pregunta Min a Haerin.—Bueno, al menos tú trasero ya besó.—le quita la almohada y le da con ella en la cabeza.
—¡Ay, idiota!
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