Cuando el frío me abraza, la noche no muere y lo único que queda en mi interior es mi alma demacrada.
Me envuelve un universo suave hecho de gélido cristal.
El caos desatado en mi mente nubla el cielo.
Enamorada de pasajes imaginarios; condenada a vagar solitariamente por un mar de estrellas.
Soy un pequeño e insignificante asteroide ahogándose ante los ojos de la Luna.
Destinada a desaparecer, llena de huellas de vidas pasadas.
Una vez en llamas, mi sentencia es arder hasta la muerte.
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Universo suave
RandomEn este lugar toda existencia es cuestionable. Cosas como la realidad y el tiempo no son necesarias. A través de minúsculas historias con un ligero atisbo de poesía vislumbro perspectivas del amor, la muerte no física, los sueños y el miedo. Brev...