Capítulo 2 ꢤꢆ

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ᵕ̈ Todos los créditos a; @Seungfly




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"Promesa de niños"

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En cuanto Mina tomó su bolso y llaves, salieron de la casa emprendiendo camino hacia el supermercado junto al gran auto azul noche de su madre.

El viaje era bastante aburrido ya que su casa quedaba algo... lejos; por no decir del otro lado de la ciudad. Aquello debido a que la familia quería vivir en máxima tranquilidad, sin fastidio o problema alguno.

Se acercó a la ventana a su lado se dio cuenta que ya no estaban muy lejos del supermercado. Ya estaban en el centro de la ciudad, se enderezó en su asiento y visualizó mejor las calles con decoraciones navideñas por doquier. Su atención recayó en el gigante árbol situado en la plaza de la ciudad.

Todo era muy bonito.

En cuanto su madre aparcó el auto en el estacionamiento del grande supermercado al que iban siempre, supo que ya era momento de salir del vehículo. Por lo que muy emocionado al oír el "click" que su madre hizo para que la puerta se abriera, salió disparado a tomar un carrito de compras.

Mina apenas cerró las puertas del vehículo, buscó con la mirada a Sunghoon, pero no lo encontró. Alarmada comenzó a girar sobre su eje en distintas direcciones con desespero al no ver a su hijo cerca.

- ¡Myōi Sunghoon! ¿Dónde estás?-gritó temiendo lo peor.

-Mami, casi me dejas sordo, estoy aquí.-contestó y salió de detrás de Mina.

-Me habías asustado.-dijo la madre y respiro con más tranquilidad al tener a su hijo cerca. Si que le había dado un buen susto.

Después de una pequeña charla y un "No te alejes de mi" de Mina, se adentraron al supermercado. Había gran variedad de adornos por las fechas, adornos que Sunghoon quería comprar y Mina negó recordándole que ya habían adornado su casa y no necesitaban más.

Compraron lo necesario, como harina, huevos, chispas de chocolate, nuez, leche, azúcar y un gran pavo al que meterían al horno como cena. También pasaron por otras estanterías, tomando lo necesario para la semana que nadie saldría de compras.

-¡Mami, mira esto! -exclamó emocionado Sunghoon. Eran unas botas negras largas con cordones y acolchados por dentro.-¡Quiero eso! -pidió muy emocionado.

Mina las miro bien y lo pensó. Su hijo ya tenía muchos regalos bajo su árbol de navidad, creo que con eso debía ser suficiente, claro que amaba consentir a su bebé pero era mucho.

-Hoon, hijo, en casa ya tienes muchos regalos, anda, deja eso y vayamos a casa. -sugirió Mina con su suave voz que no parecía tener efecto.

-Pero, yo quiero.-volvió a pedir, esta vez formulando un tierno puchero con sus labios abultados.- Mamá Chaeyoung de a seguro si me los compraría.

Chaeyoung, ella era una buena madre, de eso estaba segura Mina. Le daba siempre lo que quería a Sunghoon, que le apenaba que su hijo no conociera lo que era que le digan "No" a una petición.

-Sunghoon, no trates de chantajear, eso no se hace bebé, debes entender que no es no, hay muchos niños en el mundo que no tienen ni siquiera un techo donde vivir o algo que comer, esa actitud no está bien.-explicó Mina, viendo a su hijo asentir con la mirada baja. No lo había regañado, simplemente quería hacerlo entrar en razón.

-Lo entiendo mami, lo siento.-dijo en respuesta su pequeño abrazando a la mujer y después llevar el carrito a pasos cortos.

Sin embargo, su esfuerzo por hacerlo entrar en razón, se fue al caño, la imagen de su hijo triste le hacía sentir de alguna manera culpable. Tomó las tan pedidas botas que su pequeño quería entre sus brazos dispuesta a pagarlas. Tenía que hablar de algo muy importante con Chaeyoung.

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-Mami, ¿Podemos ir al parque? Estamos cerca-propuso Sunghoon.

Madre e hijo salían con bolsas en sus manos hacia el auto. Mina pareció pensarlo un poco y luego asintió. Su niño merecía un pequeño respiro también, donde vivían no habían muchos niños con los que pudiera jugar, lo único que podía hacer fuera de casa era visitar a las vecinas, la mayoría ancianas.

-Si Hoon, primero dejemos las bolsas en el auto y luego vamos.-dijo en respuesta Mina a lo que su hijo asintió efusivo.

Subieron al auto contentos, con grandes sonrisas y la madre condujo hacia aquel parque. En cuanto llegaron, Sunghoon salió muy contento y se subió en uno de los columpios donde se balanceaba animadamente viendo a todos los niños del lugar jugar con sus padres.

Todos parecían estar muy felices.

Al menos eso pensó en cuanto vio la área de juegos. Su rostro se fijó en la grande fuente cerca del parque, observó detenidamente a un pequeño niño, evidentemente solo. Este se abrazaba así mismo, con lágrimas en sus ojitos, se veía triste.

Sin poder evitarlo se dirigió hacia allí en cuanto vio a su madre conversar con otras señoras, aprovechando así la oportunidad. Estaba mal lo que hacía pero no podía dejar a alguien así. Prometiendo volver pronto, se dirigió hacia allí con pasos calmados y algo nervioso se puso en frente del pequeño cuerpo tembloroso del híbrido de lobo peli plata frente a el.

-¡Hola! Soy Son Sunghoon , ¿Cómo te llamas?

El niño frente a el, lo miró con sus ojos llorosos y naricita roja.

-¿Estás... bien? -volvió preguntar.

El híbrido finalmente decidió responder.

-¿Tu crees... que yo sea un monstruo? -cuestionó bajando sus orejitas en señal de tristeza.

Sunghoon lo vio de pies a cabeza y negó.

-Yo solo veo a un lobito lindo, triste y solito.-confesó Sunghoon -Además, ¿Por qué piensas eso?

El pequeño híbrido de ojos tristes, levantó aún más su mirada viendo al chiquillo pelinegro verle expectante, con un brillo singular que hizo sentir seguro al pequeño Jaeyun.

-Todo el mundo me lo dice, todos dicen que soy un monstruo por mis orejitas, mis colmillitos y colita.- relató cabizbajo -Me echan de todas partes, me pegan y me hacen sentir mal.-finalizó el pequeño híbrido derramando más lágrimas, que hicieron a Sunghoon sentir algo de pena.

Sin poder evitarlo abrazó fuertemente al pequeño niño y acarició sus cabellos plateados con cariño.

-Shh no llores, todo estará bien, lo prometo.-dijo en respuesta con una suave voz al lobito.

-¿En... en serio?

-¡Sip! Mis mamis siempre me lo dicen y si es así se cumple, yo también cumpliré mi promesa.-contestó viendo a los ojos a Jaeyun.

Jaeyun asintió abrazándose más al pequeño Sunghoon.

-¿Y tu familia?-cuestionó Sunghoon separándose un poco del abrazo.

-Uh.. yo.. yo no tengo.

El pequeño Sunghoon pareció pensarlo un poco y luego de unos segundos respondió.

-Entonces, desde ahora yo seré tu familia pequeño lobito.-dijo por último Sunghoon acariciando sus suaves cabellos del pequeño híbrido.

Así dando comienzo a una inocente pero linda promesa de niños.

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My brother is a hybrid ‧₊˚ SungJakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora