Love in a bite (Xiao x Venti x Aether) FINALIZADA

I

Capítulo 1

Extensión: 6.800 palabras

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La muerte de Guizong fue un duro golpe para todos. Venti se había quedado esa noche a dormir con Xiao, ambos apenas tenían quince años. Zhongli no fue a casa esa noche por estar velando a su esposa en el tanatorio al que la habían llevado.

—Estoy aquí...— dijo Venti mientras abrazaba el cuerpo de su mejor amigo contra el propio. Nunca le había visto llorar, siempre le gustaba mostrarse serio y carente de emociones, pero la situación le había obligado a quitarse esa máscara.

Se conocieron en el instituto, hacía un par de años atrás. Venti siempre era el objetivo de todas las burlas debido a su peinado que, en ese entonces, solo constaba de una trenza a un lado de su cabeza y el cabello negro y largo caía por sus hombros. Los insultos llegaban solos y también los tirones del pelo. Un día Xiao, que iba ese año a su clase, se encaró a ellos ya que veía que Venti no era capaz de decir o de hacer nada. "Eres mi héroe", le había dicho y al día siguiente le había regalado un dibujo que había hecho del propio Xiao en versión anime, este se había reído, la primera muestra de emoción aparte de la ira que había visto en él.

Pronto comenzaron a ser amigos, a quedar para jugar a videojuegos en la mansión de Xiao, donde su madre siempre les preparaba pasteles para merendar y le trataba como si fuera su hijo también. Todo eso parecía lejano, se había roto en un abrir y cerrar de ojos. Xiao parecía pequeño entre sus brazos, aunque ya lo era, pues cuando se conocieron era más alto que Venti, pero ahora ambos tenían la misma estatura.

—Zhongli dijo que debías cenar algo, he traído pizzas precocinadas—. Venti también quería llorar. Echaba de menos a Guizong, parecía que la casa se había tornado gris desde que ella no estaba, como si fuera quien daba luz a todo lo que había a su alrededor.

—N-no tengo hambre...— susurró Xiao con la voz completamente rota. No quería comer, ni hacer nada, solo quería que su madre volviera. Se aferró más a Venti sin tener en cuenta que estaba mojando su camiseta con las propias lágrimas.

—Comprendo, pero no quiero que te dejes de cuidar por esto, voy a estar aquí para ti— susurró y soltó un pequeño suspiro. No sabía que hacer para que se sintiera mejor. —Me quedaré contigo todas las noches que haga falta...

—Gracias...— murmuró sin fuerzas. Habían sido unas semanas largas desde que su madre enfermó, una completa pesadilla. Su padre le había ocultado gran parte del proceso para protegerlo, pero Xiao no necesitó ser muy listo para darse cuenta de que lo que tenía no era fácil de curar. Al final, aquello se la llevó sin que ningún médico pudiera hacer nada. —No es justo... no entiendo por qué ella...

Se quedó a mitad de frase antes de que su voz volviera a romperse. Venti se mantuvo allí, acariciando su espalda delicadamente, sabía que necesitaba desahogarse. También lloró esa noche.

El entierro fue al día siguiente. Venti, tal y como prometió, no dejaba solo a su mejor amigo, para eso estaba ¿cierto? Tomaba su mano, dormía con él y, pese a la situación, aquellos días se sentía demasiado cómodo en presencia de Xiao.

—Deberíamos irnos antes de que todo el mundo venga a darte el pésame... No quiero que estés incómodo con tanto contacto físico— dijo el moreno que, hacía poco, se había teñido las puntas del cabello de color azulado. Xiao le convenció para hacerse un cambio de look días atrás, antes de que todo pasara. —¿Hablamos con tu padre?

—Sí... necesito tomar el aire.

Xiao tenía los ojos rojos e hinchados por no haber parado de llorar desde el día anterior. Se encontraba mal, apenas había comido y lo último que quería era recibir abrazos de desconocidos y escuchar lo maravillosa que era su madre. Eso ya lo sabía él. Tiró de la mano de Venti y juntos fueron a buscar a Zhongli. El mayor tampoco tenía buena cara, unas violáceas ojeras cubrían la parte inferior de sus ojos y éstos se veían tristes. Xiao nunca había visto a su padre así, tan abatido. Aquello había sido un duro golpe para todos y no querían pensar en lo que les esperaba a partir de ahora.