Mensajes | Ryusae.

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Shidou

saeeee

te extrqño

bajdkqj 😻😍🥰😍😈😻🤩

ayy se m fue el 😈

Sae

¿Qué haces despierto a estas horas?

Allá deben ser como las 3 de la mañana.

Shidou

HOLA

ES KEWQ QUWRIQ HABLQRTE

No swe dondees toy

Sae

¿Estás bien? ¿Hay algún amigo por ahí acompañándote?

Shidou

Siiiiii

Está karasu

Pero el idiota se fue a cojee

R

con su nobio

puro hiori

Sae

¿Quieres que llame a alguien?

Shidou

nooo estq mien así m gusta

platicar cjntigooo

llámame a mí mejor

———

Sae pareció pensarlo, no sabía qué hacer en esa situación. Desde que leyó el primer mensaje del rubio, supo que algo estaba mal, ya que usualmente recibía sus mensajes de texto durante la noche, al tener horarios distintos entre España y Japón.

Pero tampoco estaba seguro de marcarle tal cual se lo pidió el moreno, pues no quería entrometerse demasiado en su vida privada, más allá de lo que se contaban los dos.

Sin embargo, optó por hacerlo, debido a que tampoco quería que Ryusei cometiera una estupidez en tal estado de ebriedad.

Pasaron unos segundos y rápidamente le respondió:

« ¡Sae! Mi amor » — estuvo a punto de sermonear al de ojos rosados por haber pronunciado su nombre en un lugar público (y más con ese apodo) hasta que fue abruptamente interrumpido. — « ¿Sabes? Justo estaba pensando en tí y me hablaste, creí que había sido un sueño. »

— Fuiste tú el que me habló. — mencionó el pelirrojo, acordándose al instante que sería inútil tratar de conversar con un borracho. — Como sea ¿dónde estás?

« En una fiesta, duuh » — musitó el mayor, mientras se sentaba en uno de los sofás libres que se hallaban por la mansión. — « Eso no es lo importante. Ayer tuve un sueño, muy loco. »

— ¿Un sueño? — articuló el de ojos turquesa, tomando asiento también, pues seguramente esto iría para largo. — ¿De qué trataba?

« Estábamos en un parque, paseando a Ryusei Jr. » — indicó.

Sae rodó los ojos. Definitivamente el moreno le había agarrado un cariño inmenso a su cachorro.

« Y luego de repente desapareció y se tornó hot. »

— ¿Cómo? — repitió Itoshi, desconcertado por la última palabra.

« Yo también me saqué de onda y no sé cómo fue que me robaste un beso, apareció una cama y... »

— Espera. ¿Dices que quieres besarme? — inquirió el pelirrojo.

« Claro. ¿Por qué no? Nadie te negaría un beso y yo no seré la excepción. » — confesó el moreno.

— ¿Así que me tienes ganas? — continuó diciendo, con la idea de molestarlo un poco más.

Empezaba a divertirle Shidou, aunque realmente no le daba importancia a los comentarios que decía, por caliente o burlón, creía que el rubio sólo coqueteaba con él por juego o molestar.

« Desde que nos conocimos, de hecho. No sabes cuántas veces te imaginé desnudo, o las veces que terminé masturbándome imaginando que hacía un desastre dentro de tí. Mierda, me puse caliente. »

¿O tal vez no?

Sae mordió su labio inferior, tentado a seguir.

— ¿Qué tal si-

« ¡Karasu amigo! ¡¿Dónde carajos estabas?! » — gritó Shidou escandaloso. Se oyó una voz lejana y el moreno rió. — « Nah. Estaba platicando con Sae. »

Dudó en interceptar su charla y prefirió esperar un par de minutos a que el rubio finalizara su conversación.

« Ya me tengo que ir mi amor » — avisó para Sae.

— No me gustan tus apodos.

« Perdón, amo. » — se corrigió. — « Te quiero, chau. » — y colgó.

El de ojos turquesa bufó, dejándose caer aún más sobre su sillón. Recordó la lujuriosa confesión que le demostró el moreno y se preguntó que tan serio iba con eso.

Decidió bajarle importancia, ya para cuando el rubio estuviera sobrio, aclararía las cosas de una mejor manera. No tenía por qué darle vueltas al asunto.