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Tzuyu se encontraba en casa, pensando seriamente en todo lo que había hecho, ella se había metido con una mujer casada, había intervenido en un matrimonio, pero no era cualquier matrimonio, era el matrimonio de la chica que amaba la cual era víctima de violencia doméstica, ella no había hecho nada malo, todo fue con consentimiento, le había dado el privilegio de nuevas experiencias a su amada y no se arrepentía en lo absoluto.

Sin embargo, no era eso lo que la mantenía tan preocupada.

El verdadero problema era que ella quería a Sana para ella sola, quería llevarsela lejos de ese hombre que solo le hacía daño, pero sabía que eso era algo casi imposible, porque Sana seguía cegada, aún después de todo ella había defendido a su esposo la última vez que discutieron sobre él.

"¡Oye! Es solo que él está más enfocado en tener un hijo" Tzuyu aún recordaba con claridad la forma en la que Sana insistía en defender a su esposo.

Pero prefirió recordar otra cosa, prefirió recordar la forma en la que tuvo a Sana esa misma mañana, después de que ella le hubiese pedido un orgasmo más Tzuyu terminó dándole más que eso.

—Quiero otro, solo uno más— La menor pidió algo emocionada y Tzuyu soltó una pequeña risita.

Comenzó a descender por el cuerpo de Sana para levantar una de sus piernas y ponerla sobre su hombro.

Y sin más dió la primera lamida a la intimidad de Sana sintiendo el sabor de la menor mezclado con sus propios fluidos, ella estaba siendo ruidosa, pero eso a Tzuyu no le molestaba en lo absoluto, al contrario, le gustaba y la incitaba a dar su mayor esfuerzo por complacerla, con su nariz acarició su clítoris brindándole más placer a la menor y sonrió al escuchar más gemidos salir de la boca contraria.

Sana realmente lo estaba disfrutando, la manera en la que Tzuyu movía su lengua en su intimidad era algo delirante y sin duda lo fue aún más cuando esta decidió meter su lengua dentro de ella, nunca había experimentado algo como eso, era fascinante que simplemente no pudo aguantar antes de correrse en el rostro de Tzuyu.

Sana se sintió tan avergonzada al notar la cantidad de fluidos que salían de ella, eso no parecía ser un orgasmo, pero sin duda lo había disfrutado tanto o incluso más que uno, pero aún así quería que la tierra se la tragase y la escupiera en otro lado donde no estuviera Tzuyu, porque ella no tenía idea de lo que acababa de pasar con su cuerpo, ¿Acaso a Tzuyu no le asqueaba aquello que había ocurrido?

—Yo... Lo siento, no se que me pasó.

—Tuviste un squirt— Tzuyu respondió con una sonrisa levantándose del piso una vez bajó la pierna de Sana.

—¿Que yo qué?

Tzuyu sonrió.

—Llegaste al punto más alto de un orgasmo— Tzuyu aclaró acercándose para besarla de nuevo.

Ella estaba dura nuevamente, le era difícil controlarse cuando Sana estaba ahí desnuda frente a ella.

Podría haberlo hecho de nuevo, tomar una vez más el cuerpo de Sana y hacerla sentir placer una vez más, habría continuado con ese beso si no fuera por la alarma que sonaba desde la sala.

Entonces la mayor miró al suelo sabiendo que su tiempo se había acabado.

Sana se separó y enjuagándose un poco con el agua de la regadera tomó una toalla para cubrir su cuerpo y salió del baño, aquello había confundido bastante a Tzuyu y no entendió lo que ocurría hasta que vió a Sana volver con la ropa, que había dejado tirada en la sala, doblada entre sus brazos, una vez Tzuyu terminó de ducharse salió y se vistió nuevamente agradeciendo que Sana le hubiese traído su ropa y juntas caminaron hacia la sala de estar.

—Se fuerte, por favor— Tzuyu pidió con los ojos llorosos mirando a su amada con el rostro herido.

Y Sana asintió.

—Estaré bien— La menor le aseguró.

Y dicho esto Tzuyu dejó un rápido beso sobre los labios de la nipona antes de salir a prisas del lugar, pues llevaba ya varios minutos de retraso y temía que WooShik pudiera enterarse que había alguien viendo diariamente a su esposa, no temía por ella misma, temía por Sana, porque siempre era ella quien terminaba pagándolo todo.

Y un gran susto se llevó al ver al coreano llegar con su auto hasta su casa, por primera vez lo veía en persona y una descabellada idea pasó por su mente, tenía tantas ganas de al menos rayar su auto, pero se contuvo, porque no quería que su coraje terminara siendo descargado en su pequeña gatita, Sana.

Eso fue todo lo que sucedió antes de regresar a casa y Tzuyu no podía dejar de pensar en que ahora era el cuerno de WooShik, estaba orgullosa de cierta manera, pero deseaba con toda su alma ser la oficial de Sana, no que lo fuese aquel bastardo que tenía como marido.

Los siguientes días continuó viéndose con Sana, curaba sus heridas cada mañana, pero dolía escucharla decir que WooShik la había vuelto a obligar a acostarse con él una y otra vez, eso sin duda destrozaba a Tzuyu al igual que a Sana y hacía crecer un poco más el odio que tenía por él.

Inevitablemente el fin de semana llegó, pero por suerte su ventana de fertilidad prácticamente había acabado, lo que significaba que los abusos habían terminado de igual manera, ahora comenzaba la segunda etapa.

Maltratos por nuevamente no haber conseguido embarazarse.

Porque Sana sabía que era prácticamente casi imposible que la prueba saliera positiva.

Pero prefirió mirar el lado positivo, ya estaba cerca de volver a su rutina de recuperación, empezar un nuevo mes para sanar sus heridas del maltrato que estaba por recibir.

Así que hoy sábado nuevamente se encontraba encerrada en el baño esperando a que su tonta prueba de embarazo diera resultado.

Ella ya lo sabía, esto era una rutina, la prueba sería negativa y WooShik volvería a golpearla, no había ninguna novedad en eso.

Sin embargo, algo en su interior todavía deseaba que las cosas fuesen diferentes, deseaba con toda su alma dejar de recibir malos tratos, al menos solo por este mes.

Entonces con un poco de esperanzas miró la prueba de embarazo después de esperar el tiempo necesario.

Y una risa para nada graciosa salió de su boca.

Se sentía tonta al creer que iba a estar embarazada, la prueba nuevamente había sido negativa.

Escuchó la puerta ser tocada.

—Sana, ¿Cuál fue el resultado?— La misma frase de cada mes era repetida por su esposo.

Creía que todo se había ido a la mierda de nuevo, así que caminó hacia la puerta del baño con la prueba en su mano y dando un vistazo más antes de abrir la puerta notó como una segunda rayita se teñía de a poco.

Ella...

¿Ella estaba embarazada?

¡Ella estaba embarazada!

Y entonces una lágrima rodó por su mejilla, debería estar feliz por haberlo conseguido luego de tantos intentos, sin embargo, ahora habría alguien que la mantendría atada a WooShik para siempre, ahora compartiría un bebé con él, un bebé que temía que fuese maltratado al igual que ella, pero debía ser fuerte, no por ella, sino por su futuro bebé.

𝐄𝐬𝐭é𝐫𝐢𝐥 - 𝐒𝐚𝐭𝐳𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora