Creo que te amo

Madre 3

La fiesta de la familia Qiu finalizo pasada la media noche, pero antes de que pasara Rong Su ya se había retirado de aquella morada. No planeaba pasar más de lo debido en ese sitio, sobre todo no con esa chiquilla rondando y suplicando que le devolviera a su nuevo hijo mientras se limpiaba las lágrimas y los mocos de su rostro sonrojado, y mucho menos viendo la cara de estriñido que tenía el Qiu mayor al ver como, su hermanita se humillaba de esa manera, según sus palabras, por un mocoso esclavo que ni siquiera protestó cuando fue vendido.

Aunque esta no era la mayor preocupación del mayor Qiu, pues lo que más le daba incomodidad era el hecho de que si ese estúpido esclavo se convirtiera en un amante de esta mujer, entonces su vida podría verse perturbada de alguna manera. Interiormente pensó que hubiera sido bueno haberlo matado a golpes anoche para luego tirarlo a los cerdos y que estos se lo comieran, todos los problemas que se pudo haber ahorrado si no le tuviese tanto cariño a su hermanita. Pero mirala ahora, se arrastro por un maldito lobo de ojos blancos como si valiera lo mismo que ella, que él, esto le hizo doler las entrañas.

Afortunadamente aquella despreciable mujer se llevó a esa asquerosa bestia inmunda y no se quedaron en la residencia Qiu, qué tan humillante habria sido si lo hiciera. Por supuesto, a Rong Su no podría importarle menos los pensamientos de este niño, no era más que un adolescente en plena etapa de crecimiento, un mocoso qué no sabe ni como lavar su propio trasero, no valía la pena recordar.

Lo importante en este momento era su hijo adoptivo, el pequeño Shen Jiu.

Ella, por lógica, no podría llegar y decirle "Hola hijo" sería tonto ir y decirlo así, sin más. Lo mejor era abordar poco a poco, deja que el muchacho se sienta en confianza y trata de desarrollar lazos sentimentales con el, quizás así sea un poco menos difícil que el pequeño acepte a su nueva familia, después de todo, aunque no era psicóloga, sabía que un daño como el que le causaron dentro de ese tiempo que camino a la deriva no sería fácil de superar y, además, en la época antigua no había psicólogos a los cuales recurrir para tratar al pequeño, así que todo quedaba en sus manos por el momento.

Con esto en mente, fue con Liang Yu y así preguntar a cerca del niño, al menos obtener más información que lo adquirido por el sistema.

"¿Donde esta el chico?" cuestionó con una sonrisa plana y una mirada determinada.

"El nuevo esclavo ha sido lavado y vestido, ahora mismo esta cenando en la habitación con los otros sirvientes mi señora" respondió el hombre con calma.

"Traelo a mi habitación, quiero que cene conmigo" ordenó y se alejo junto a uno de los sirvientes personales que le mostraría su habitación.

El hombre soltó un suspiro, aun creía que su señora no haría tales actos inmorales, era improbable pero algunos de los sirvientes más descarados estaban empezando a divulgar esa clase de comentarios lo que le ponía de mal humor, ya se había encargado de esos chismosos pero el asunto es que la noticia había sido difundida entre el personal de servicio y obviamente no podía hacer mucho contra eso más que amenazar con el despido o cortarles la lengua si hablaban improperios de su señora.

No siguió pensando mucho y mejor fue con el niño para llevarlo con Rong Su. Shen Jiu se había desconcertado luego de que Liang Yu le dijera que su nueva señora quería verlo, no se sentía tan amenazado pero tampoco bajaría la guardia, en todo caso hay personas adineradas con gustos anormales. Mantendría la compostura lo mejor posible y estaría atento a las acciones de la otra parte, en el peor de los casos quizás solo lo golpeen, después de todo incluso ahora era solo un niño al que aùn no le crecía barba, así que ni siquiera podría ser capaz de complacer como amante a esa mujer, lo que era un gran alivia para el. Aun así, le ponía un poco nervioso por que casualmente escucho hace unas horas atrás a un grupo de mujeres hablando sobre que tal vez él era una adquisición nueva para ciertos propósitos desagradables, realmente esperaba que no fuera así.