𝕮𝖚𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖈𝖆𝖎𝖌𝖆 𝖑𝖆 𝖓𝖔𝖈𝖍𝖊.. (1)

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Existe una ley que muchos conocen y esta es la ley del Talión o "ojo por ojo, diente por diente" esta es la ley de la justicia pero, a su misma vez, también lo es de la venganza y eso era lo que estaba sucediendo en esa misma noche.

Aquella noche no era una normal, era una oscuridad inquieta llena de  maldiciones, tiniebla y murmullos provocados por los sonidos del bosque y los animales que estaban al acecho

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Aquella noche no era una normal, era una oscuridad inquieta llena de maldiciones, tiniebla y murmullos provocados por los sonidos del bosque y los animales que estaban al acecho.
Mientras estos sonidos estaban presentes también había uno diminuto qué se camuflaba entre todos, era el sonido de una respiración suave, la respiración de aquel francotirador apuntando desde su mira al jefe del bando contrario, aquel joven era conocido por ser el emisario de una muerte pronta, una muerte silenciosa y dolorosa conformada por balas potentes qué, cuando tocaban a su objetivo se abrían en forma de pétalo desgarrando cruelmente todo lo que se encontraba a su paso, este joven era llamado proyecto AZRAEL¹, un joven hermoso de figura engañosa y fina , un rostro con rasgos " un poco femeninos"; labios y mejillas rosados, ojos grandes y tranquilos, pelo largo, rubio y medio ondulado pero todos estos rasgos cargado con un largo camino construido de cadáveres y sangre.

Mientras recargaba su fusil McMillan tac-50, se fijaba en todos los detalles de aquel edificio escondido en la maleza, cuantos guardias habían, en donde se situaba la estación central de cargamentos, en donde era la mesa de operaciones y también en tres posibles rutas de escape por si todo fallaba.
Tomó una ligera bocanada de aire y se preparó, colocó su dedo en el gatillo, fijó su objetivo y disparó. Le disparó a USA, volvió a recargar y le disparó rápidamente a URSS, lo había logrado, había matado a los dos más grandes enemigos y traidores de su querido amor, su flor y su adoración más grande.

Rápidamente el joven guardó todo su equipo en una maleta parecida a un estuche de piano y empezó a correr sigilosamente, escuchando de fondo como todas las personas empezaban a armar el caos en busca del asesino de sus jefes, tenía que escapar como sea, pues sabía que ahí en ese mismo lugar se apresuraba para buscarlo su más grande rival, aquel chino sabía que él estaba detrás de esto, sabía cada movimiento que él hacía, sabía todo de él y viceversa, pero lo más importante, sabía que la cacería había empezado.

Agitado, nervioso y asustado, esa era su descripción en ese momento, había escuchado minutos atrás la voz de china llamándolo, junto con unos pasos apresurados, estaba cada vez más cerca y lo sentía respirando en su nuca, no quería morir, no quería morir, no quería dejarlo a él, quería ver por aunque sea el rostro de su amado una última vez, corrió y corrió hasta llegar a un pueblo, un pueblo pobre y corriente, con bares,caos, violencia prostíbulos y putas en todo lados lados y sin nada en especial como para que alguien lo visite o siquiera lo consideren en el mapa, lo único que tenía de ventaja era que estaban en una festividad y el pueblo entero había salido para festejar.
Se mezcló entre las personas y se intentó esconder en ellas, hasta que lo vio, estaba sentado en aquel tejado mirándolo directamente, con una sonrisa perturbadora y cruda, con una estúpida sonrisa.
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P A N I C O.
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eso fue lo que sintió en el pasado , eso era lo que estaba sintiendo ahora, y eso era lo que siempre iba a sentir al verlo, al verlo a él, sus piernas y cuerpo temblaban como gelatina y ni hablar de su respiración, el trauma era grande pero sus ganas de sobrevivir lo eran más, así que con todas sus fuerzas empezó a correr, a ver a todos lados, a pensar en donde se podía escabullir

𝕻é𝖙𝖆𝖑𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖘𝖆𝖓𝖌𝖗𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora