Capítulo 5

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Una vez caída la noche, el pájaro se encontraba en la habitación de sus polluelos. Les narraba la continuación de la historia que les contó la primera vez

-El rey Drastro no le pareció tan mal al rey cuando lo conoció. Un poco vulgar, pero oigan, la reina necesitaba comer, pero cuánto más sabía de él más dudaba de su capacidad para reinar. Así que el rey decidió que solo había una manera de... -es interrumpido

El diablillo había abierto la puerta y asomado para verlos

-Psst, hola. ¿Buena historia? -entra por completo a la habitación

-¡Si! ¡El rey por fin volvió a su castillo! -explicó Orion

-Pero el malvado rey Drastro no le devolvía su corona -le siguió la pequeña Octavia

El imp frunció el ceño. Esta historia era familiar... ¡Porque era SU historia!

-Ah... Ajá, si.. -se sienta en el extremo de la cama del pequeño- esa historia ya la había oído...

-Oh, es una historia muy antigua, Blitz -lo mira fijamente

-Niños, resulta que el rey Drastro no era tan malo. Era un hombre bueno, divertido en las fiestas con chistes, valiente y ágil. Él se dió cuenta de que la hermosa reina y los perfectos príncipe y princesa estaban solos -continuó con el sucio juego que le pájaro había empezado- y llegó valiente a su rescate

-Si, ¿Pero que no la reina estaba triste porque el rey Drastro no podía darle un heredero al trono? -se cuestionó el pequeño búho

-¡Esto ya se está volviendo personal! -gruñó el imp con desesperación

-Ey, oye Blitzø, calma. Estos son solo cuentos de hadas -dijo con tranquilidad el pájaro

El diablillo lo miró con rabia y luego suspiró y volvió a mirar a los polluelos

-Está bien... La reina no estaba triste, que quede claro. Y el rey Drastro estaba casi, casi seguro que no le afectaba a la reina... -dijo con inseguridad en su voz

-Si, Blitz tiene razón, la reina estaba feliz, ¿Verdad? -dijo con sarcasmo dando pequeños golpecitos en el pecho del diablillo ya que se dió cuenta de su inseguridad

-Si...

A la medianoche el imp ya estaba acostado en su cama. Miraba el techo de manera pensativa. Notó que la cama se hundía a su lado, dándose cuenta que fue porque Stolas estaba acomodándose a su lado

-¿Amor? -lo llamó el búho con tono meloso mientras lo miraba- ¿Qué te sucede? ¿Estás así porque Laurent encontró tus tampones? -dijo con pesar

El diablillo hizo una mueca

-No. No... Bueno.. si fue vergonzoso, pero no se trata de eso... Es solo que... Pues... Hay la posibilidad de que quieras otro bebé... -esta vez si lo miró a los ojos

El búho lo mira con sorpresa

-N-No puede ser ¿Cómo...? ¿Laurent te dijo algo, Blitzø? -suspira- él solo quiere que te alteres

-¿Entonces no es verdad? -seguía mirándolo

Al principio Stolas no le corresponde la mirada, pero al pasar unos segundos suelta un largo suspiro y al fin lo mira

-Okay, posiblemente sí quería otro bebé, pero no es posible por lo que le pasó a tus... ¡Y no los estoy culpando! De verdad, los amo. Ese enorme amigo tuyo y su par de redondos acompañantes son mis mejores amigos -dice de una forma entre dulce y lasciva

Guerra de papás Donde viven las historias. Descúbrelo ahora