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Decidí que pasar por él y llevarlo a la escuela podría sumarme puntos, así que estacione mi coche fuera de su casa y toque el timbre esperando una respuesta.

El portón principal se abrió y visualice a una hermosa joven de cabellera larga castaña y cuerpo esbelto.

—¿A quién busca?—preguntó seriamente.

—Busco a Kim Hongjoong —dije sonriendo pasando mis manos por mi cabellera, ella siguió el movimiento de mis manos con sus ojos.

—Esta bañándose pero puedes pasar y esperar—mencionó finalmente.

Entré con gusto y sonriendo, siguiéndole, la casa no era muy grande, pero tenía un jardín perfectamente cuidado.

Dos perros me ladraban y me burle de ellos al ver que estaban amarrados mostrándoles mi lengua.

Infantil. Lo sé.

Dentro de la casa había poco desorden, otra chica igual a la que me había mostrado el camino se encontraba barriendo, por lo que supuse eran gemelas. O podrían ser robots, reí por la idea tan descabellada.

—Por aquí por favor—Seguí a la chica del principio al segundo piso. Esta es su habitación puede esperar.

—Gracias, ¿no le dirás que estoy aquí?—
Ella me miró nerviosa.— ¿Eres su amigo no?

Asentí y ella suspiro, no era exactamente su amigo apenas nos conocimos ayer pero creo que ella no debía saberlo.

Entré y me acomode en su cama destendida, mire por los alrededores, todo era demasiado colorido, las paredes rojas con amarillo lastimaban mi vista, algunas fotos pegadas en la pared de enfrente, aprovechando que la regadera aun sonaba me levanté para mirarlas, era fotos de dos personas, él y reconocí al otro chico porque era uno de los populares.
Choi San del taller de Teatro, admirado por su gran talento en la composición y el rap, suele hacer mini conciertos callejeros y yo había asistido a tres, sabía que se volvería famoso algún día y quería presumir "yo conozco a este chico, fui a uno de sus conciertos".

Se veían felices en las selcas.

Me quede ahí embobado, la regadera había dejado de sonar y Hongjoong que había salido del baño me miraba extraño.

Piel pálida, delgado, piernas bonitas,
cabello revuelto y húmedo, olor a vainilla por todos lados desde que entró, ojos pequeños pero sin las horribles gafas, recorrí su cuerpo con mi mirada, sólo estaba en bóxer y tenía el cuerpo ligeramente marcado.

Unos arreglos más y podría considerarlo jodidamente guapo.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine a recogerte para llevarte a la escuela, ya sabes como agradecimiento, hoy podríamos repasar dos materias.

Él no dijo nada, hizo un gesto con los labios que no supe descifrar. Un pequeño triángulo.

—Espera a que me cambie por favor, perdón por el desorden.

—No te preocupes yo soy peor—asegure.

—¿Ya desayunaste?, puedo pedirle a Jisoo que haga algo también para ti.

—Eso sería de gran ayuda, vine directo aquí desde que me levante, por cierto me gusta tu olor a vainilla.

Él me miró terminando de abrocharse los pantalones holgados que ocultaban sus bonitas piernas y asintió. —A mi también, por eso uso productos con fórmulas de vainilla.

𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐒𝐞𝐦𝐚𝐧𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora