𝐍𝐀𝐂𝐈𝐃𝐀 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐄𝐋 𝐂𝐈𝐄𝐋𝐎 𝐄𝐒𝐓𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀𝐃𝐎 𝐘 𝐋𝐀𝐒 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐑𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐈𝐎, Dione era una hermosa recién nacida bendecida por los dioses siendo hija de una ninfa y un humano. Tras el descubrimiento de una posible hechicera e...
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AÑOS DESPUÉS.
LOS CULLEN'S ESTABAN DE VUELTA en Forks hace unos días. Después de que el trágico accidente de Jasper casi mata a Bella, la familia decidió irse del pueblo no solo por su propia seguridad, sino también por la de los humanos. Por primera vez en años, Dione odiaba la idea de tener que mudarse.
La huida precipitada del lugar hizo que la familia se dividiera, mientras Jasper evitaba en lo posible a la familia, Edward huyó a Brasil y apenas dio señales de vida.
Emmett y Rosalie se fueron a su decimotercera luna de miel y Alice casi no se detuvo en su nuevo hogar, la vidente odiaba estar sin Jasper a su lado.
Y Dione siempre estaba con Carlisle y Esme, los vampiros que consideraba sus padres. Durante los meses que pasaron, lo peor sucedió cuando Edward recibió la trágica noticia de la supuesta muerte de Bella.
El telépata quería entregarse a los Vulturi, pero, con la ayuda de Alice, Bella logró detenerlo a tiempo.
Dione Cullen no podría estar más feliz, le encantaba Forks. La adolescente ha estado en varios países desde su corta edad, pero esa ciudad la hizo sentir bienvenida, además de amar la comodidad que sus hermanos tenían con el lugar.
Y así, después de meses fuera, la familia de vampiros finalmente regresó a la ciudad lluviosa y soñolienta.
En ese momento, todos estaban reunidos en la sala escuchando atentamente las palabras de Bella.
Los vampiros fueron separados uno al lado del otro con sus compañeros y Dione fue abrazada por el hombro por Esme.
—Todos saben lo que quiero. —Empezó la humana. —Y sé cuánto estoy pidiendo. — ella suspiró. —La única forma justa de decidir esto es a través de una votación.
Dione hizo una breve mueca. Nunca se imaginó convertida en vampira. Siendo honesta consigo misma, no quería hacerlo.
Su amor por su familia era incondicional, quería pasar la eternidad con ellos, moriría por ellos, pero nunca tuvo el deseo de ser una vampira.
La niña quería enamorarse, cometer errores y errores, seguir su sueño de tener una carrera musical, casarse y tener muchos, muchos hijos.
Convertirse nunca fue una opción, y nadie de la familia lo mencionó, aunque sabían que la vida de Dione no era inmortal.
Las ninfas no eran inmortales, pero vivieron durante muchos años, y dado que Dione era solo la mitad de una ninfa de sangre, no sabían cuánto tiempo la tendrían cerca.
