Eritrofobia ⋆.˚ YeonGyu

Choi Yeonjun, el hombre moco

ᵕ̈ Todos los créditos a; @-nayture

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「Jueves」

「9 días para la obra」

Ese día, tenía que ser su día.

Ya había mandado a la enfermería al Choi mayor dos veces, ¿Qué otra cosa podía salir mal?

La noche anterior compartió unas palabras con su madre sobre los anteriores accidentes, y esta ha sabido aconsejarle y reconfortarlo de la forma que solo ella sabía hacerlo. Ciertamente estaba muy asustado de que Yeonjun lo odiara luego de haber ocasionado que quedara inconsciente en dos ocasiones, sumando el hecho de que no pudo disculparse y eso lo hacía ver como un cretino.

Ese jueves Beomgyu había visto a Yeonjun entrar a la escuela en una sola pieza, sin un yeso o muletas, aunque verlo de espaldas no era suficiente como para sentirse por fin aliviado.

Heeseung en un principio no quería dejar a Beomgyu solo en su misión de hablar directamente con Yeonjun, después de todo también sentía la necesidad de disculparse con él, pero le insistió tanto en que quería hacerlo solo, que simplemente se quedó parado viendo como su amigo entraba a paso seguro a la escuela detrás del mayor. Algo le decía que las cosas serían más difíciles de lo que parecían.

Yeonjun se hallaba con Soobin en los casilleros, el último parecía hablarle a su amigo, pero este estaba de espaldas como para saber si le prestaba atención o no.

Los nervios se apoderaron al instante de Beomgyu cuando pensó en acercarse a hablar con Yeonjun. "Nada puede salir peor", se dijo a sí mismo para armarse de valor y caminar directo a ambos chicos.

Claro, nada podía salir mal, o eso quiso creer.

Kwon Soonyoung era conocido como el bromista de la escuela, solía dedicarse a armar bromas pesadas a estudiantes al azar, pero era más conocido por cobrar las bromas. Aunque suena algo tonto e irrazonable, tal como era, otros estudiantes le pagaban para hacer bromas a otro estudiante en específico, y él como buen ciudadano, luego de recibir toda la información junto con el dinero en efectivo dentro de un sobre, se disponía crear las ideas más clásicas hasta las más raras para sus experimentos humorísticos.

Young Hyunbin pagó al conocido bromista para realizarle una broma de cumpleaños a su mejor amigo, broma en la que Soonyoung pondría una bomba de pintura dentro del casillero del chico, bomba de pintura que explotaría cuando se abriera la puerta metálica. Lo que nunca esperó, es que la bomba terminara en el casillero equivocado, en este caso, en el de Choi Yeonjun y no en el de su mejor amigo Choi Yeonjin.

Antes de que Beomgyu pudiera terminar de acercarse, ignorante de lo que sucedería a continuación, Yeonjun abrió su casillero y la bomba explotó directo en su rostro.

Los estudiantes alrededor, en un principio, quedaron mudos de la sorpresa, pero al ver a Yeonjun bañado en una gruesa capa de pintura verde, los murmullos no se hicieron esperar más. El delgado cuerpo a penas visible, comenzó a temblar.

Viendo que el mayor comenzaba a respirar más agitado, se acercó rápidamente hasta su lado, y con la voz más sútil que jamás utilizó en su vida, murmuró: —¿Hyung...? —Pero la reacción de Yeonjun no fue la que esperaba más allá de que no sabía cómo realmente lo haría.

—Fuiste tú, pequeña basura. —La grieta en la voz de Yeonjun lo hizo estremecerse de una forma que nunca antes había experimentado ni con los peores regaños de sus padres. —No quiero volver a verte.

Como pudo, el chico lleno de pintura quitó algo del exceso en su rostro, y lo que parecía ser pintura algo grisácea, era en realidad una mezcla del fluido, lágrimas y el rojo en sus mejillas.