La crepitante voz femenina emitida por los altavoces del tren pronunció el nombre de Barcelona, despertando una sensación de previsión ante su inminente llegada.
Mientras Estela, se deleitaba con la obra de arte en movimiento, donde los rascacielos y el bullicio de la ciudad se dejaban ver a través de los cristales de la ventanilla.
Con la estación visible a ojos de ambas amigas, estas tomaron sus maletas que se habían quedado escondidas en los oscuros compartimentos, y luego, salieron de aquel rincón que se había convertido en sus escondites durante el viaje.
Se colocaron frente a la puerta del tren, observando a través de ella la multitud de personas al otro lado, mientras la impaciencia se apoderó de ellas.
En el instante en el que se paró, la ilusión se apoderó de Estela hasta el punto de sentir como su corazón iba a mil a causa de los nervios.
Cuando las puertas se abrieron acompañadas de su característico pitido, ambas se alistaron con entusiasmo a cruzar la apertura que las encaminaría al andén de Barcelona.
Cuando sus pies pisaron por primera vez la acera del andén, sus ojos se dejaron guiar por la magnificencia y el esplendor de la estructura moderna de la estación. En ese instante, una sensación de excitación las estremeció por completo, ante lo que estaba por venir en ese día cargado de felicidad.
— Por fin. — su voz tembló de emoción, revelando su abrumadora alegría. — No puedo creer que esto esté sucediendo.
— ¿Estás lista, Estela? — Rebeca, que estaba a su lado, la miró con una sonrisa que parecía brillar. — Hoy tendrás tu encuentro con César, mañana te entregarán un premio y para terminar disfrutarás de unos días de Fórmula 1. Esta semana va a ser increíble.
— Estoy más que lista, pero solo de escucharte, mi cuerpo ya empieza a temblar.
Rebeca se arrimó a la joven escritora para darle un afectuoso palmoteo en la espalda, que levantó el ánimo de Estela, ¿qué haría ella sin su mejor amiga?
Ambas comenzaron a caminar por la impresionante estación llena de modernidad y tradición. Los pasillos estaban llenos de tiendas, cafeterías y restaurantes, que ofrecían una amplia gama de opciones para satisfacer todos los gustos.
Habría sido magnífico quedarse en algunos de los locales y disfrutar de una comida en ese instante, pero sabían que no tenían tiempo para eso.
El edificio era enorme, pero sabían cómo debían seguir para no perderse entre la multitud que seguían los mismos pasillos hasta la salida.
— Ahí está. — el corazón de Estela iba a mil, sentía que si no cruzaba esa puerta de cristal le daría algo.
Cruzaron la enorme puerta abierta, dejando atrás la estación y dando la bienvenida a un mundo de colores y sonidos que invadía los sentidos. Los cristales del edificio emitían destellos que se reflejaban en el suelo, creando brillos intensos y fugaces que resaltaban los contornos y detalles de los objetos cercanos. Nunca había visto edificios tan grandes; en Oviedo no había tanta inmensidad como la que había en Barcelona, pero en verdad, tenían enfoques diferentes. Por un lado, una ciudad era más bulliciosa, mientras que la otra era más pequeña y tranquila.
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La Estrella que me guía
RomanceEstela, una escritora en ascenso, encuentra el amor en el Gran Premio de Fórmula Uno con el piloto italiano Alan Giordano, pero su relación se enfrenta a varios obstáculos ¿Podrán superar todas las adversidades? ❤️🏎️❤️ Sumérgete en la emocionante...