Soulmates (Lloyd Garmadon y tu) [Adaptación al español]

Cap 9

Una figura alta y oscura estaba de pie en la sala del trono quemada. Las antes bellas columnas blancas ahora estaban cubiertas de cenizas. Los tronos donde una vez se sentó la familia real también fueron dañados por el fuego. En una de las paredes había una pintura. El rey y la reina se abrazaban , sonriendo brillantemente y entre ellos dos niños pequeños, un niño y una niña. El niño era un poco más alto que la niña, su pelo h/c estaba perfectamente peinado, sus ojos azules eran tan profundos como el océano. Tenía el brazo alrededor de su hermana pequeña. Ella también estaba sonriendo, con los ojos brillantes.

"Señor, ¿qué hacemos con los niños?" Un guardia de sombra entró en el lugar. Sus ojos grises, sin emociones. Armadura brillante que contrasta con su ropa negra.

"Déjalos vivir por ahora. Enciérralos en la mazmorra con el rey y la reina". El hombre ordenó. Miró el retrato familiar. "¿Dónde te escondes, hermanita?"

"Ya no puedo hacer esto", Jay se detuvo detrás de la princesa. Ella se dio la vuelta y se puso delante de él, mirando profundamente a sus ojos azules.

"Yo tampoco", admitió la princesa. Ella tomó las manos de Jay por su cuenta. "Pero tenemos que continuar incluso si tenemos ganas de darnos por vencidos. Perder toda esperanza no ayudará en absoluto, tenemos que seguir adelante. Un ninja nunca se rinde, ¿verdad? Puede que no sea un ninja, pero rendirme no es parte de mi plan". Jay la miró a los ojos. Debe ser difícil para ella continuar. Sus padres decidieron quedarse en el castillo para protegerlo, dejándola sola para encontrar el amuleto. Ella ni siquiera sabe si están vivos, pero todavía está decidida a tener éxito. Y si no, salvar a Lukas es su única esperanza.

"¿Pero qué pasa si no podemos continuar sin los demás? No tenemos ni idea de dónde están o qué les pasó", sus palabras contenían más verdad de la que ella quería.

"No creo que les haya pasado nada malo. Creo que estaban ocultos de nosotros por los fantasmas del bosque. Para encontrarlos, necesitamos completar el juicio". Finalmente un poco de luz al final del túnel.

"¿Tienes alguna idea de dónde están?" Cuestionó. Miró a su alrededor, cerrando los ojos y conectándose con los espíritus del bosque. Todo a su alrededor se volvió oscuro y brumoso. Ella vio a los fantasmas del bosque. Algunos eran hombres mayores que alguna vez fueron cazadores, mujeres que solían visitar el bosque para recoger frutas silvestres. Incluso había niños pequeños. Entre ellos apareció un chico joven, tenía más o menos su edad, tal vez un año mayor, ella se acercó a él y lentamente levantó la mano. Él hizo lo mismo y sus manos se tocaron. De repente, todo volvió a la normalidad, Jay estaba allí, no solo él, sino también el chico fantasma. Jay se sorprendió al ver un fantasma, no es que no haya luchado contra un montón de ellos cuando Morro poseyó a Lloyd, pero ha pasado un tiempo.

"¿Quién eres?" Fue su primera pregunta.

"Soy Ryo", respondió el chico. Su cara se retorció en una sonrisa, no es que pareciera malvado ni nada, sino todo lo contrario. Tenía ojos verdes vivos, un hermoso cabello pelirrojo y muchas pecas que se extendían por la nariz como brillo. Estaba extremadamente pálido y un poco transparente, flotando tranquilamente sobre el suelo. "Puedo ayudarles a encontrar a sus amigos", comenzó. "No están tan lejos",

"¿Puedes mostrarnos dónde están?" Jay estaba cada vez más molesto. Los fantasmas pueden tener todo el tiempo del mundo, pero él no. Por mucho que estuviera tranquilo la mayor parte del tiempo, ahora todo su equipo estaba desaparecido y él estaba allí de pie y hablando con un tipo muerto.

"Me temo que no puedo hacer eso, pero puedo darte una pista", su voz era tranquila y gentil. "Deja que el viento de la esperanza desempolva las hojas de la duda y el miedo". Antes de que pudiera decir algo, desapareció.

"¿Dónde... a dónde fue?"

"Esta era su tarea inacabada; al completarla, finalmente se libera de este mundo". T/n habló

"¿Y qué se supone que debemos hacer ahora?"

"Escuchame, Jay", le agarró los hombros y puso su mirada en el suyo. "Cierra los ojos",

"Pero-"

"Solo hazlo", obedeció. "Ahora concéntrate en tu entorno, incluso si no puedes verlos, puedes sentirlos. Deja que el viento te hable, deja que las nubes te abracen, deja que el sol ilumine tu espíritu..."

Jay se sintió seguro lejos de todo. Todas sus preocupaciones se quedaron atrás, solo los recuerdos felices de sus amigos y familiares. Recordaba cada batalla de la que formaba parte. De repente, una explosión de energía voló a través de su cuerpo. Miró hacia el espacio vacío a su alrededor, allí vio sus poderes elementales. Una tormenta de truenos salvajes. Una gran sonrisa se extendía por su cara. No solo sus poderes, sino también sus amigos y familiares estaban allí, sonriendo a él. La tormenta se calmó y todos lo abrazaron con fuerza.

Abrió los ojos y miró a su alrededor. Frente a él estaba el único equipo ninja. Todos compartieron un abrazo y se rieron felices.

"Pensé que nunca los volvería a ver", exclamó Jay, rebosante de alegría.

"No puedes deshacerte de nosotros tan fácilmente", se rió Cole.

"Gracias por traernos de vuelta", habló Kai.

"No me des las gracias, ella hizo la mayor parte del trabajo", señaló Jay a T/n, que ya estaba abrazando a Lloyd. Ella giró la cabeza para enfrentarse a ellos.

"No fue nada. Siempre ayudaría a mis amigos". Todos se abrazaron de nuevo.

"¡Jay, tu mano está brillando!" Nya señaló su mano. Lo levantó al nivel de sus ojos y vio un símbolo brillante que se formaba en la palma de su mano.

"Esa es la primera parte del amuleto. ¡Lo logramos!" T/n exclamó.

"¡Oh, sí!" Todos animaron.

"¿Dónde está nuestra próxima parada entonces?" Lloyd preguntó.

"Bueno... ¡vamos a averiguarlo!"

"¿Crees que lo lograrán?" La voz de la reina era pequeña y cansada de la batalla anterior. El lugar donde estaban encerrados era frío y oscuro. La única luz en la celda provenía de una vela. Ella giró la cabeza para que su mirada pudiera aterrizar en su marido. Él sostuvo su mirada durante unos segundos antes de mirar la puerta cerrada con llave.

"Lo sé" fue su única respuesta antes de que el silencio se apoderara de la pequeña habitación de nuevo.