Soulmates (Lloyd Garmadon y tu) [Adaptación al español]

Cap 11

"¿Estás seguro?" La señora de pelo castaño le preguntó a su vecino.

"Por supuesto que sí. El príncipe Lukas y sus guardias de sombra invadieron el castillo y ahora están detrás de la princesa". El anciano respondió, ajustando su sombrero. Fue un día soleado en el reino, desafortunadamente las cosas no son lo que parecen. Veinte guardias de sombra fueron enviados al pueblo para buscar a la princesa y a sus amigos. El príncipe necesitaba sus poderes para lograr sus planes. Pero no sabía que la princesa y el ninja buscaban un antiguo amuleto que pudiera detenerlo.

Los guardias entraban casa tras casa, pidiendo información a la gente. Los que no obedecieron fueron castigados. Los ojos de la señora de pelo castaño aterrizaron en una niña que estaba siendo arrastrada lejos de su madre por dos guardias.

"¡Mamá!" Gritó, las lágrimas corría por sus mejillas rosadas. Su madre estaba sostenida por otro guardia de sombras, parecía agotada, sus brazos estaban magullados, la sangre babeaba de su boca. Ella no tenía mucho tiempo.

"¡Corre, Anna! ¡Corre tan rápido como puedas y nunca mires atrás!" La mujer gritó. Hasta el último pedacito de energía saliendo de su cuerpo.

"¡No! ¡Quiero quedarme contigo, madre!" La chica gritó una vez más.

"Ve, hija mía, los árboles te protegerán", fue todo lo que dijo la mujer. Sus ojos se cerraron y cayó al suelo. La niña rompió el agarre del guardia y corrió tan rápido como sus piernas pudo. Los guardias estaban detrás de ella, pero en menos de un minuto la perdieron en el bosque.

Una rama se inclinó y atrapó a la niña, la llevó a la cima del árbol y la dejó bajar. Se limpió las lágrimas y levantó la vista. Sus ojos se encontraban con los brillantes rayos del sol que brillaban a través de las hojas del viejo árbol.

"Ahora estás a salvo", oyó hablar con una voz. Miró a su alrededor, pero no había nadie más y se congeló de miedo. "No te preocupes, niña, no te voy a hacer daño. Solo soy un viejo árbol que quiere tener un amigo". La chica miró la rama en la que estaba de pie y luego volvió a las hojas. Pensó que el árbol le estaba hablando y que la ayudaba. Cerró los ojos, con una sola lágrima cayendo por su mejilla.

"Gracias".