La Velada del Año

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Ya llevaban unos cuantos días en España cuando llegó el día en el que se llevaría a cabo el evento por el que originalmente habían viajado al viejo continente, La Velada del Año. Por ese motivo era que ya estaban todos los streamers invitados alojados en Barcelona y habían decidido juntarse a pasar el rato durante el día hasta que tuvieran que ir a prepararse para aquella noche.

Hasta ahí todo iba bien, estaban jugando, divirtiéndose con personas que consideraban muy buenos compañeros y que rara vez tenían oportunidad de ver y mucho menos compartir tiempo todos juntos. Pero la suerte no parecía estar de parte de Spreen, porque a pesar de haber pasado mucho tiempo sin que aquello le sucediera, en un mal movimiento que realizó con la pierna jugando con una pelota que habían comprado se le salió la rodilla de lugar.

– ¡La puta madre! – gritó de dolor en cuanto sintió esa sensación tan característica que había esperado nunca tener que volver a sentir en su vida.

– ¿Qué pasó? – Carrera fue el primero que reaccionó al verlo tomándose la rodilla al gritar.

– Se me salió de lugar la rodilla – respondió entre quejas de dolor mientras entre varios lo ayudaron para que se sentara en el lugar más cercano que encontraron.

– ¿Y cómo se hace ahora? ¿Llamamos una ambulancia o qué? Tienen que acomodártela – habló mucho Barca preocupado.

– No, se acomodó sola. No entiendo ni cómo pasó – Spreen ya podía hablar un poco más tranquilo a pesar del dolor que aún persistía.

– Vamos a pedir que nos den algo de hielo – no prestó bien atención a quién lo dijo, pero se dirigieron a la cafetería que estaba justo al lado para volver enseguida con una pequeña bolsa con hielos dentro.

– Gente, se me salió la rodilla de lugar y se me acomodó en el aire – a pesar de todo era un buen momento para vlogear lo que le había pasado y decidió prender la cámara para contarlo mientras se sostenía la bolsa sobre su rodilla.

Carrera rodó los ojos un poco. Él estaba muy preocupado por su amigo y al otro tonto lo único que le importaba era aprovechar lo que podía servirle de contenido para los vlogs que había decidido hacer en aquel viaje. Incluso lo primero que hizo cuando terminó de grabar ese pequeño clip fue pedirle que grabara todo lo que fueran haciendo de ahora en más que le pareciera interesante mientras iban a una farmacia a conseguir algo que le permitiera caminar el resto del día.

No tenía caso. Pero obviamente iba a hacer lo que le había pedido.

– Le están poniendo a Spreen una rodilla ortopédica – se notaba en su voz mucho más seria de lo normal que realmente estaba preocupado. – Muchas quisieran hacer esto ¿no? Muchas, quisieran tocar su casita – intentó bromear un poco en el siguiente clip que grabó para quitarle un poco de peso al asunto, aunque realmente siguiera muy preocupado como para eso mientras veía como ayudaban entre dos a su amigo para que pudiera caminar hasta algún lugar en el que pudiera sentarse y colocarse lo que acababan de comprar.

– ¿Alguien me saca la zapatilla? – pidió Spreen en cuanto se sentó mientras Carre todavía seguía registrando todo para el vlog como su amigo le había pedido.

– Despacito, despacito – dijo Carre al instante en cuanto vio que iban a levantar bruscamente la pierna lastimada de su amigo.

¿No se daba cuenta de que estaba dolorido y tenían que tratarlo con delicadeza?

Le dio un pequeño tirón en el corazón en ese mínimo segundo en el que pensó que lo podrían lastimar aún más de lo que ya lo estaba, con sólo pensar en lo que debía estar sufriendo el dolor Spreen en ese momento todo empeoraba. No se merecía eso, tenían que cuidarlo. Y mucho.

La noche que todo cambió | Spreen x CarreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora