Capítulo I

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En una Tierra futurista, dos astronautas se disponían a irse a Marte para inspeccionar su terreno y por consiguiente, seguían un itinerario establecido por las leyes de la ingeniería aeroespacial.

El itinerario trataba de supervisar algunas lunas (luna por luna) del planeta Saturno en cuanto terminaran de realizar su supervisión en Marte.

Los dos astronautas se llamaban Alejandro y Leonardo Rodríguez, los dos eran hermanos de España, licenciados en ingeniería aeroespacial como astronautas (Alex y Leo entre amigos).

Los españoles se montaron en el nuevo cohete revolucionario que se llamaba Lorvex 11, era un cohete titánico: 10 cohetes en 1 cohete padre (por algo está el número 11).

La cuenta atrás del despegue se inició:

5, 4, 3, 2, 1...

¡DESPEGUE!

El cohete despegó hacia el espacio, alejándose de la estratosfera.

El cohete Lorvex 11 tenía grandes baterías eléctricas como combustible; y como curiosidad: todo cohete consume todo su combustible en apenas 5 minutos.

No obstante, ese gasto casi inmediato ocurría con el uso de gasolina como combustible, mientras que en las baterías eléctricas es evidente que su consumo es más rápido.

—Leo, activa del Anti-Colisionamiento de Meteoritos —dijo Alex.

—Voy —dijo Leo.

*Ting...*

Leo activó el Anti-Colisionamiento de Meteoritos.

Que como su nombre indica, este mecanismo crea un material, programado anteriormente, que se usa como escudo y puede proteger de meteoritos.

Incluso los meteoritos de tamaño medianamente grande.

Los hermanos levantaron sus puños diciendo:

—¡Rumbo a Marte!

*Ahora suena la música intergaláctica de fondo*

⭐⭐⭐

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