XII.

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Habían pasado más de dos horas y no me había atrevido a salir de la habitación.

Cerré el libro y lo dejé de un lado en la mesilla de noche. Giré quedando boca arriba mirando hacía el techo de color crema. Me llevé las manos hacía el rostro ocultandolo con estas, y quién sabe Dios el por qué de que sonriera, comenzé a reír un poco, recordando aquel beso con Zayn. Sacudí la cabeza alejando aquel recuerdo de ese mal momento. »si claro, mal momento, un muy mal momento que amastes« me reprocha mi subconciente, quisiera darle un golpe en el rostro pero luego recuerdo que es mí subconciente así que tendriá que golpearme a mí misma.

No podía dejar de pensar en aquel hecho que pasó hace unas cuantas horas, Zayn y sus malditamente deliciosos labios estaban ahí invadiendo mi preciosa mente. Trataba de pensar en otra cosa que no estuviera involucrada con ese morocho de ojos mieles.

(...)

- ¿Vendrás?-preguntó mi amigo el castaño desde la puerta principal.

-No sé-dije mientras tenía mi vista clavada sobre un mueble pensando en todo y nada.

-Vamos Malik, será divertido, alcohol, muchas chicas ardientes con las cuales follar, ¡no puedes no venir!-me reprochó mirándome con una mueca.

-No lo sé-volví a repetir sin ánimos, no sabía lo que me sucedía, no tenía ganas de salir sólo de quedarme a beber y fumar cuantos cigarrillos se me dieran posibles.

-Malik-dijo acercándose a mi y se sentó a mi lado con una mano en mi hombro.- ¿Qué pasa hombre?-cuestiona mirándome con extrañeza.

-Nada, es sólo que no sé-dije con pereza y lo miré.

-Vamos, debes salir, no es bueno quedarse aquí solo-inquirió y se levantó dándome la espalda para luego girar sobre sus talones. Y mirarme con una de sus típicas sonrisas cómplices llenas de locura.- ¡Vive tu vida Malik!-exclamó en el tono de voz más alto que pudo haciendo que su camisa se levantará.

-No pude reprimir una sonrisa ante su acción, si había alguien que sabía cómo hacerme sonreír en cuestión de minutos, ese era Louis.- Esta bien-rodé los ojos para luego comenzar a sonreír, después de todo el salir con un amigo no era nada malo.

-¡Ese es mi negro!-exclamó acercándose y comenzó dando palmadas en mi espalda amistosamente.

-Imbécil, negro tu culo -respondí con fastidio, sonreí. Pues así era nuestra amistad yo en términos de Louis era lo que hoy llamamos africanos, negros.

-Oh no no-negó con la cabeza chasqueando la lengua.-Este bebé, es real, más real que las tetas de cualquier prostituta y que las tuyas-dijo y una sonora carcajada brotó de nuestras gargantas. Louis era ese tipo de persona que podía alegrarte el día con cualquiera de sus tonterías.

Sin más que decir salí detrás de él cerrando la puerta principal detrás de mí.

Subí al automóvil junto con Louis, este me dedicó una sonrisa cómplice y puso en marcha hacía quién sabe dónde. En el camino Louis comenzó a parlotear sobre cada idiotez que se le venía, cosa que no se me hacia rara de su parte. Yo sólo asentía o simplemente respondía con una que otra oración coherente al tema, aunque cada tema la mayoría trataba sobre cada chica que se había tirado en la semana o con cual se había liado más de un día, podríamos decir que Louis era uno de esos hombres que el compromiso no se le daba ni se le hacía bueno, él prefería quedarse solo y salir con quien se le diera su gana, la vida fácil y divertida era su gusto. Odiaba la responsabilidad y todo aquello que se estuviera relacionado con esa palabra venenosa para él.

A diferencia de mí yo prefería tener una relación estable, la responsabilidad tampoco era lo mío, pero si bien me gustaba saber que tenía alguien con quien podía contar para cuando me sintiera mal o con quien sentirme libre y ser como soy. Aunque tenía que admitir que a veces era algo informal pero podía llegar a ser el mejor, y si así lo pedían podía llegar a ser el peor.

Louis aparcó el auto frente a su mansión, y bajamos camino a la entrada. Al igual que yo, él trabajaba dentro de eso de las drogas. Nuestros padres se conocían desde la preparatoria y su amistad ha durado por muchísimos años. Y como si fuera obra del destino Louis y yo nos conocimos también en la preparatoria.

×

Mi estómago comenzó a hacer ruidos extraños, baje la vista hacía mi pansa y coloqué mis manos en mi vientre haciendo presente el hambre en todo mí ser. Bajé de la cama y abrí la puerta de la habitación saliendo de esta con toda tranquilidad. Eché un vistazo a la sala y Zayn no estaba, arrugue mi nariz en signo de confusión ¿a dónde habrá ido? Pero, ¿y eso qué? A mi no debería importarme, sacudo mi cabeza alejando todo pensamiento sobre él.

Entre a la cocina y me caminé hasta la nevera, la abrí con desesperación buscando algo que calmara mi apetito. Habían puras cervezas, dos manzanas, un sándwich a medio terminar. Fruncí el seño con irritación, ¿es que uno no puede encontrar algo decente para comer? Re busqué de nuevo por toda la nevera hasta que por encontré algo.

×

Cerré mis ojos saboreando el sándwich que había preparado, jamón de pavo, queso manchego, tomate, lechuga y zanahoria raspada junto a una lata de Pepsi que descubrí al fondo de esta.

Toda la mansión se encontraba en silencio, sólo el puro sonido del viento afuera.

Terminé mi comida y dejé el plato en la mesilla. Me levanté del sillón y camino hacia... ¿dónde? Estoy completamente encerrada, no tengo las llaves, Zayn salió a quién sabe Dios.

¿Qué haría en este momento? ¿leer un libro? ¿de nuevo? ¿ver televisión?

Caminé por toda la mansión observando cada detalle de esta, a decir verdad era muy hermosa y elegante, cada adorno te daba la idea de que esta mansión fue bienp construida y muy bien decorada.

Me fui hasta la parte de atrás en sí, jamás había ido a esa parte. Tenía una puerta de madera con una ventanilla cuadrada por la cual podías observar el jardín trasero. Me hize de puntillas y comencé dándole un vistazo, era muy bonito. Traté de echarme más hacia arriba para ver mejor pero en ese momento la puerta se hizo hacia adelante. Sin poder sostenerme de nada esta se abrió dejándome caer sobre el suave pero áspero cesped verde.

Levanté mi vista para encontrarme con el mismísimo jardín verdoso. Y conmigo afuera, si, así como leen. Había salido de la mansión, bueno en cierto contexto no del todo, pero sí. Miré rápidamente todo el jardín. Una mariposa pasó frente a mis ojos, sonreí y me acomodé, me levanté con todo el equilibrio posible. Caminé más allá del jardín dándome vista de todo este, se encontraba una fuente de mármol con una estatuilla la cual constaba de una mujer con una toga y un cazo, de este obviamente salía el agua para la fuente. En donde el agua se almacenaba habían peces, el color naranja, azul y verde predominaban entre estos. Me senté en la orilla y metí mi mano en esta sintiendo el agua fresca y observando los peces.

Realmente era hermoso.

×

-¡Y luego le dije que no use protección!-dijo dando una carcajada.

-Reí fuertemente.

-¡Y la muy estúpida se lo creyó! ¡hubieras visto su rostro!-volvió a hablar muriéndose de risa.

-Di un trago al ron en mi copa y reí después de tragar.- Eres un caso Louis Tomlinson-dije sonriendo ebrio

-Soy un caso irresistible-dijo tomando de su bebida.

-Dí una calada al cigarrillo, podía sentir el efecto del alcohol junto al de la droga mezclarse y juntos hacer una explosión de extasis.

Louis absorbió un poco de esta en un papel rasgado con el polvo blanco.

×

Nueevo capítulo, gracias por esperar TAAANTO tiempo. Enserio xd.

En fin, den favorito y comenten♥

Hasta luego! ♡

El Ocaso de un AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora