Parte 3

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La habitación era un desastre, ropa, cuadros, libros estaban tirados en el suelo, luego de haber pasado horas el sol se asomaba de nuevo por la ventana, aún así gemidos bajos retumbaban, esta vez el Omega estaba empotrado contra la pared temblando e intentado mantenerse de pie mientras el seguía embistiendo como si no hubieran follado en todas las posiciones posibles y corrido más veces de las que pudiera contar.

El Omega estaba cansado y mucho, tal y como el Alfa dijo, su vientre estaba abultado lleno de semen, su marca renovada y rojiza, su voz estaba ronca y su garganta dañando de tanto gemir además que podría asegurar que toda su piel blanca estaba llena de marcas.

Sin duda Robert era agresivo pero a su Omega y a él le reconfortaba saber que le ayudo.

Salió de sus pensamientos al sentir como el Alfa se corría otra vez y hundía sus colmillos en otra parte del cuello del Omega, lejos de la marca.

Realmente el Omega estaba cansado y con sus últimos esfuerzos se volteo quedando cara a cara con el Alfa, apoyo sus brazos en el cuello del contrario y le dio un casto beso.

― ¿Podemos descansar?... por favor...

Su voz era pausada y desgastada.

Luego que el Alfa afirmara solo con aún asentimiento sintió un peso extra dándose cuenta que el Omega había quedado inconsciente en sus brazos, lo cargo y lo llevo a la cama, mirándole amorosamente ya un poco en si mismo, le dio un beso en la frente para luego acurrucarse junto a él, suspirando frustrado y molesto por aún tener una erección.

(...)

Se calculaba que era de tarde, el sol ahora estaba al oeste, se podría decir que la habitación ahora estaba ordenada, las cosas mas o menos en su lugar.

Estiro su pequeño cuerpo adolorido, bostezando en el proceso, Robert no estaba ahí pero se hacia una idea de donde estaba pues olía exquisito, se sentía satisfecho pero el placer pasa factura, se sentó en la cama sintiendo una fuerte punzada en su espalda baja, haciendo una mueca graciosa.

Luego de darse ánimos sale de la cama sus piernas temblando un poco y arrastrando un sabana con sigo por el camino al baño de la habitación.

Llegando se sorprende al ver su reflejo en el espejo, estaba muy demacrado, sus labios hinchados, tenia marcas de chupones, mordidas y marcas de dedos por todo el cuerpo sin contar las ojeras que estaban bajo sus ojos caramelo.

Se mordió el labio y sintió un escalofrío sacudir todo su cuerpo, al parecer algo estaba resbalándose por su muslo y se sonrojo al descubrir que era semen, pensaba que ya no lo tenia pues cuando se despertó no se sentía pegajoso y supuso que Robert lo había limpiado, pero al parecer ese alfa pervertido no le quito el semen de su interior.

Suspiro caminando como pudo hasta la bañera donde con dificultad se limpio y con gemidos se saco lo que llenaba su interior.

Ya cambiado se fue a la cocina donde vio a Robert y Dios, habían bendecido sus ojos, estaba con unos shorts cortos y sin playera mostrando su bien trabajado cuerpo, su ancha espalda cubierta por alguno que otro rasguño que era una la las tantas pruebas de amor por el día anterior.

― ¿Disfrutando la vista?

Lo había agarrado desprevenido por lo que al asustarse se sonrojo, se acerco a el alfa y le abrazo por la espalda, su temperatura seguía alta pero al parecer estaba mas calmado.

- Claro, admiro a mi guapo esposo.

El alfa dio vuelta y le tomo de la cintura con fuerza mientras su erección se alzaba orgullosa.

- Lo único que te pido es que no me provoques, quería que al menos desayunaras.

- Esta bien, esta bien.

El Celo de RobertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora