¡Constrúyelo!

2- No es una presentación lo suficientemente buena

— Pareces más nervioso que de costumbre — observó Benny, mirando de reojo a su compañero. 

Benny era el mejor maestro de obras, pero a veces sus comentarios ponían nervioso a Dean. Dean no estaba nervioso.

— No estoy nervioso — resopló Dean y cruzó las piernas.

Benny entrecerró los ojos con sospecha:

— Está bien, no estás nervioso. Tal vez ansioso es la palabra — Benny sonrió complacido cuando escuchó a Dean reír.

Charlie, la segunda arquitecta, también estaba sentada al lado de Dean, y no podía dejar de reírse de él. Dean se dio cuenta y puso los ojos en blanco.

— ¿Podemos actuar como adultos, por favor? —  les pidió.

— ¡Oh! ¡Ahhh! Aquí viene, el constructor de ensueño, ja, ja — se burló Charlie, señalando la puerta.

Castiel Novak entraba al salón en todo su esplendor, o… tal vez eso es lo que pensaban todos en el lugar. Dean no estaba pensando eso, definitivamente no lo estaba.

— Necesito agua — pidió Winchester de repente, Benny la buscó en su maletín y Charlie se rió entre dientes, divertida.

La verdad era que el tipo era un maldito dios griego. ¿Cómo era posible que los trajes se vieran tan bien en él?

Increíblemente molesto. 

Castiel siempre estaba rodeado de su equipo: Anna Milton era la segunda arquitecta y Balthazar Buvair, su maestro de obras.

El equipo de Novak estaba al otro lado de la sala cuando el CEO de las empresas japonesas, Takuma Youshiro, ocupó su lugar en el medio.

Llegó el momento de presentar sus proyectos.

Había cinco equipos de constructores, y todos sonaban muy bien. Aunque, la presentación de Dean Winchester había sido perfecta. Vio al CEO de Takuma sonriendo cuando terminó con los modelos en la pantalla. 

A pesar de saber que había tenido como… tres errores y dos veces había olvidado algunas palabras en su propio idioma, su discurso había sido convincente. Sus pequeños errores no tenían nada que ver con el hecho de que Castiel lo estaba mirabando con esos estúpidos ojos azules intensos. El imbécil probablemente estaba pensando que estaba a punto de perder el contrato.

Dean Winchester sonrió ante esa idea.

Cuando se sentó, Benny le dio unas palmaditas en el hombro con orgullo:

— Lo hiciste muy bien.

— Sí, la próxima vez trata de no olvidar las palabras EDIFICIO y ASCENSOR , por favor — se burló Charlie, mientras Dean la miraba con el ceño fruncido: — ¡Lo hiciste bien, lo hiciste bien! No me mires así.