Cita ¿fallida?

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NARRA MAIA

Al día siguiente, estaba tan agotada del día anterior y sin poder dejar de pensar en lo que había pasado que solo podía darle vueltas a mi teléfono entre los dedos.

¿Le llamaba?

¿Esperaba a qué él me enviase un mensaje?

No sabía que hacer.

Ari me había dejado muy claro que no le hablase, que era él quien tenía que venir detrás de mi.

El timbre sonó, estaba sola en casa y tuve que levantarme.

Sin gana alguna, abrí y me recibió un hombre que no conocía de nada, con un ramo de girasoles precioso, una tarjetita y una cajita de color marrón.

¿Qué cojones?

- ¿Eres Maia Martínez? -preguntó.

- Sí, soy yo. -hablé sin entender nada.

- Esto es para ti. -me tendió el ramo y todo lo demás y yo lo cogí.

El hombre se alejó y se metió en una furgoneta sin decir nada más.

Estaba flipando.

Entré y lo dejé todo en la mesa para abrir la nota y saber de quien era todo eso.

Me quedé de piedra, helada, sin creérmelo.

"¿Cómo está mi morena favorita? quería invitarte a salir esta noche a las nueve y media, creo que nuestra celebración se quedó algo corta y me encantaría verte de nuevo, Maia. Te espero esta noche en tu restaurante favorito, sé que prefieres un picnic en la playa, pero da lluvia y no quiero que pases frío, tu chico favorito, Pedri"

Grité.

Madre mía si grité.

Solté un gritito y la nota salió volando por los aires mientras yo daba saltitos.

Me veía.

Él por fin me veía.

Y yo no podía estar más feliz.

Envié un audio en el grupo que tenía con Gavi y Ari, gritando y contándoles todo eso.

Eran las siete de la tarde y tenía que arreglarme ya.

Dios.

Abrí la cajita marrón y vi un puñado de fresas.

Dios.

¿Cómo había sabido que todo eso eran mis cosas favoritas?

Me moría.

Corrí escaleras arriba y me metí en la ducha, en la que me pasé casi una hora.

Y al salir, me costó una eternidad encontrar algo con lo que me veía bien, pero al final opté por un vestido negro ajustado y una chaqueta porque sí que daba mal tiempo esa noche.

Habíamos quedado en el restaurante, o al menos eso ponía la nota, así que una vez estuve lista, llamé a un taxi y me encaminé hacia ahí.

Al llegar, pregunté si había alguna reserva a nombre de Pedri y una chica muy amable me acompañó hasta mi mesa, estaba apartada de las demás.

Él un no había llegado, pero faltaban unos quince minutos para las nueve.

Tenía tiempo de respirar.

Saqué mi teléfono para ver los mensajes de Ari y Gavi.

"Luego me lo cuentas todo, sueeeerte" 

Ari había sido la primera en contestar.

"Llámame por cualquier cosa, estaré atento al teléfono" 

Ahora tu +18 - Gavi y PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora