Era un gigante al que le gustaba comer carne humana cruda de animales y de humanos. Este cazaba con trampas y, a pesar de haber satisfecho de hambre, quería seguir comiendo más y más seres vivos.
Tanto fue el miedo de la gente Wampi que el dios sol (no se sabe sí es Inti y otro) mandó que la mujer que había cazado Ajaimpi tuviera un huevo en el vientre, cosa que se dió cuenta el gigante al despedazar y lavarla en el río; al instante en que lo vió apareció una garza que se llevó al huevo para empollarlo y, más tarde, el bebé al crecer se enfrentó contra el asesino de su madre.
El joven venció a Ajaimpi dando una gran alegría a los pueblos, pues gracias a este habían vengado a sus familiares fallecidos.
Este convirtió en su pelea a Ajaimpi en un frondoso árbol de ramas retorcidas que se encuentra ubicado actualmente a orillas del río Kanú (llamado Santiago también) el cual puede verse hasta el día de hoy.
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