La niña de la carretera

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Lisa pov

Me estaba preparando para volver al trabajo y ir a recoger a mi novia.

Baje las escaleras y vi como Jisoo y Rosé se encontraban ya saliendo de la casa para ir a la empresa.

Yo me dediqué a salir y entrar al auto, para ir a recoger a Jennie.

En el camino aproveché para comprar dos Starbucks uno para mir y el otro para Jen.

-Hola amor- dije al verla acercarse al auto.

-Hola- respondió mientras entraba.

-¿Quieres?- le alcance el Starbucks.

-Si amor gracias- lo agarró.

Empezamos a hablar mientras conducía hasta que alguien se atravesó.
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-¡VEN AQUÍ!- dijo.

-¡NO AYUDA!- grité.

-Mocosa- me agarró del cabello.

-¡AHHHH- me golpeó.

-Déjame Kai- dije entre sollozos.

-Tranquila hermanita, no te haré daño- acaricio mi cabello.

-Solo quiero jugar contigo- desabrocho su pantalón.

-¡NO PORFAVOR!- me golpeó.

-Cállate si no quieres que sea duro contigo- levantó mi falda.

Trate de pedir más ayuda, pero solo provocó que me golpeara y me violara más fuerte.

-¡DUELE!- llore.

-Callate- me golpeó.

-Eres muy apretada, por eso me encanta- se movió más fuerte.

-¡POR FAVOR AYUDENME!- me golpeó haciendo que cayera rendida.

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-Dios Lisa por qué frenas así- se quejo Jennie.

-Esque alguien se atravesó- señale.

-¡Puta madre!, vamos a ayudarle- salió Jennie, enseguida yo.

-¿Estás bien?- la niña asintió.

-S-si gra-gracias- dijo nerviosa con la cabeza baja.

-No te enseñaron tus padres que no debes atravesarte así, pudiste a ver muerto- dije.

-No tengo padres, así que no sabía- dijo.

-¿No tienes familia?- preguntó Jennie.

-S-si ten-tengo un her-hermano- lloró.

-¿Ey pequeña por qué lloras?- acaricié su cabello.

-Es-esque mi her-hermano, no me quiere- note como sonaba muy triste.

-¿Porque dices eso?- pregunté.

-Por-porque, mi he-hermano me tra-trata mal y me gol-golpea- levanto por fin la cara dejando ver sus hematomas y moretones.

-¡DIOS MÍO!- dije  al ver la cara de la niña.

-Dime cielo, ¿cuántos años tienes?- preguntó Jennie con suavidad.

-Ten-tengo- hizo señas de seis con sus manos.

-Eres muy pequeña- acaricio su pelo.

-¿Que haces aquí tan temprano?- preguntó dedicándole una sonrisa a la pequeña niña.

-Y-yo iba a entre-entregar un reca-recado de mi her-hermano- señaló la bolsa que estaba en su mano.

-¿Eso es marihuana?- efectivamente Jennie tenía razón, esa bolsa contenía marihuana.

-¿Tu que haces con esto?- señale la bolsa.

-Es mer-mercancia que ven-vende mi her-hermano- mire a Jennie.

-¿Tu lo has probado?- temi ante mis palabras.

-N-no, mi her-hermano me ha di-dicho que es m-muy ri-rica, pe-pero, se l-lo qu-que le ha-hace al cuer-cuerpo- me sorprendió.

-Eres una niña muy inteligente- la niña sonrió.

-G-gra-gracias-

-Me tengo que ir- la agarre del brazo.

-Espera, podemos acompañarte- Jennie me miró.

-Us-ustedes- asentimos.

-Si, estaremos observando de lejos tranquila- asintió.

-Es-esta bien- me jaló con ella.

-Vamos Jen- la jale.

Caminamos sin rumbo por un pasillo un poco oscuro, hasta que la niña nos detuvo.

-Vayan por allá, yo iré por acá, allá hay una pequeña salida que da al lugar a donde voy, pueden mirar por ahí, pero no sé dejen ver,si no me matarán a mi, y también a ustedes- señaló el pasillo.

Jennie y yo nos dirigimos hacia allá con un poco de miedo, pues lo único que queríamos hacer era evitar que a la niña le hicieran algo.

Nos asomamos por la salida, y ahí visualizamos un joven, el cual se veía que era drogadicto, el cargaba con una bolsa de dinero.

-Aqui estan- vimos como la niña entregaba el paquete.

-Es broma no- echo una carcajada.

-Eres una niña- se rió más duro.

-Gracias, pero no te pagaré- se fue.

Íba a detenerlo, pero me detuvo una acción que me dejó impactado de la niña.

-Idiota- le pegó un puño y lo hizo caer al suelo.

-T-tu- iba a levantarse, pero la niña le pegó una patada en su parte íntima, dejandolo con el paquete de marihuana y chillando de dolor.

-Vamos Jen- salimos de ahí.

-H-hola- saludo la pequeña.

-¿Sabes pelear?- pregunté.

-Si, desde los cuatro, mi hermano me enseñó a pelear para evitar que personas así me robaran, pero siempre que juega conmigo me amarra las manos- ví como Jen se sorprendía.

-¿Juega contigo?- asintió.

-¿Cómo?- pregunté.

-El, leva-levanta m-mi fa-falda, y lu-luego el- la detuve sabiendo lo que quería decir.

-Te duele nena- asintió.

-Esta bien, tranquila- dijo Jennie llorando, yo tampoco pude evitar soltar varias lágrimas.

-Y-yo de-debo ir-irme- la detuve.

-Por que no vienes con nosotras- la niña me miró extrañada.

-No puedo- negó.

-¿Porqué?- pregunté.

-Yo debo estar en casa a las ocho de la noche- sonreí.

-Pero son las nueve de la mañana- dijo Jennie.

-Pero, esque demoró mucho de acá hacia allá- mire a Jennie.

-Pues pasar un rato con nosotras, después te llevamos a tu casa- la acaricié.

-No no me lleven, solo acerque me y yo voy caminando el resto de camino, no quiero que mi hermano se enoje- asentimos.

-Entonces vamos pequeña- la agarre de la mano.

Nos dirigimos al coche, decidí llamar a Rosé para decirle que iba a tardar un poco, primero teníamos que llevar a la niña a comer algo, estaba muy delgada.

Maratón 1/4









Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora