1. Tulipanes negros

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"Eres mala persona.... y lo sabes, lo sabes muy bien"

Desperté, en mi cama, con la mirada clavada en el techo, ese techo blanco que veo cada vez que abro los ojos en un nuevo y doloroso día. Me levanté, con un peso en el cuerpo que se sentía como si llevase una mochila pesada a mi espalda, que no me dejaba respirar. Miré mi cuarto, con todos esos muebles que desprendían ese aura gris, ese que hace que recuerde que no todo es tan bonito como debería ser. Me ví al espejo, allí se reflejaba una yo triste, con esas ojeras que cada vez que las veía podía sentir mi alma romperse.

-¡Ya está la cena hija! - grito mi madre, sacandome de mis pensamientos, mi mente... Me sequé las pocas lágrimas que me quedaban, sonreí y bajé hacia la cocina.

-Coje tu comida y ven a cenar con nosotros, es domingo y van a echar una película en la televisión- dijo mi madre sonriendome mientras me acariciaba la cabeza.

-Lo siento mamá, tengo tarea que hacer; ahora, volveré a mi cuarto- le sonreí y me fui. Sentía la mirada de mi madre a mi espalda, fue doloroso, pero no quería sentarme con ellos a comer y que el ambiente fuese incómodo.

Mi madre, una mujer de pelo castaño y ojos verdes, no era una mala madre, era cariñosa y atenta. Mi padre, de pelo negro y ojos marrones, también era buen padre, aunque no le tenía el mismo aprecio que a mi madre; y mi hermano mayor, Dalko, era igualito a mi padre, mientras que yo salí igualita a mi madre. Eramos la familia perfecta, hasta que, a la edad de 9 años, unos niños mayores que yo, 15 o 16 años, me llevaron a un parque, de noche, y me golpearan hasta que no me pudiera mover. Desde ese entonces no veo a la gente con los mismos ojos, les veo con miedo, aunque se que no me harán nada.

Moví la cabeza, para no pensar en el pasado. Volví a mi cuarto, dejé la comida y me tiré a la cama, somnolienta, me quedé poco a poco dormida, y así fue.

                                 ~○~

Desperté de un salto en medio de la noche, sudando, con un escalofrio recorriendome la espalda; miré la hora, aún era de madrugada. Justo al lado estaba mi cena, que decidí comer, para descansar mi cabeza y poder volver a dormir. El motivo de que me despertará fue una pesadilla. En ella....yo era feliz. Mi perra "Sardinilla" estaba allí, corriendo por el parque, mientras jugabamos con la pelota, hasta que, por un error mío, Sardinilla es atropellada por un coche...

Comencé a llorar, culpandome de su muerte, sintiendo que todo habría sido mejor si no hubiesemos estado ese día en el parque. Sentí que todo se desvanecía, y con lagrimas aún cayendo, me quedé dormida.

                                  ~○~

-¡Axle, el bus llego!-

-¡Ya sé mamá, ya salgo!- Cojí mi mochila y salí corriendo de mi casa, para llegar a la parada de bus y así entrar con exito en mi transporte.

Nunca llego tarde al bus, pero, ¿siempre hay una primera vez para todo no? Entré y vi a Eva y Kalo, sentados a un costado del bus.

-¡Axle, ven!- Eva me agarró de la mano y me lanzó a sus brazos, mientras que Kalo se dedicó a acariciarme la cabeza.

-¿Qué tal está mi niña?- Dijo Eva.

-Bien bien, pero no me llames así, ya te dije.

-Sí, perdon.

-Axle, ¿supiste lo que paso con Owen?- Preguntó Kalo.

-No, ¿que pasó, se metió en otra pelea con una ardilla como la última vez?- Nos reímos en conjunto al recordar esa escena de nuestro buen amigo Owen.

-No, peor, se encontró con su ex en el metro, tuvieron que sentarse juntos y en uno de esos giros raros a Owen se le cayó la bebida encima de Jude. Obviamente Jude no se lo tomó bien y... ya puedes saber lo que pasó, gritos y más gritos.- Dijo Kalo burlandose de ellos.

El Recuerdo del AyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora