Ahora una caja

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Eran las 6:30 de la mañana, un chico de cabello negro se encontraba caminando a su escuela, acompañado de un castaño un poco más alto que él.

- Tambien podría ser Alejandro, es un chico que siempre usa una sudadera roja con el interior azul, él estaba cerca cuando recibí la primera carta - hablaba con entusiasmo - Sin embargo no suelo verlo cerca cuando estamos fuera del salón -

Aquino solo escuchaba atentamente, asintiendo con la cabeza de vez en cuando o respondiendo con un "Tal vez" cada que el más bajo mencionaba un nuevo nombre para la lista de sospechosos. Después de un rato llegaron a su destino, se despidieron con un choque de puño y se dirigieron a sus respectivos salones.

- ¡Hey Duxo! -

- ¡Hola Tomy! - devolvió el saludo con una sonrisa al momento de llegar a su asiento, en el cuál dejó su mochila y se acercó a la mesa del contrario para sentarse en ella - ¿Loco aún no llega? -

- Ya te la sabes, solo llega temprano cuando hay un viaje o si lo obligamos porque hay exposición -

Ambos rieron, después de eso comenzaron a hablar de las clases que tendrían durante el día, sobre los planes para después de la escuela y en cierto punto salió el tema de la tarea, la cuál Duxo no hizo, Tomy le prestó la libreta para que copiara el trabajo.

- Te la debo -

- Me debes muchas - fue la respuesta que recibió

Comenzó a anotar rápidamente, cuidando de cambiar algunas cosas para que la profesora no sospechara. A las 7:00 se vio cómo Soarinng llegaba y tomaba asiento frente al chico paloma, unos minutos después llegó Locochon, junto entonces llegó el profesor de la primera hora para comenzar a dar la clase.
Pasaron unos minutos, los cuáles se convirtieron en horas, así llegando a la hora del receso, varios salieron corriendo del aula mientras que otros se tomaron el tiempo de guardar relajadamente sus cosas, unos pocos se quedaron en el lugar, el cuál es el caso del grupito al que pertenece nuestro protagonista.

- ¡Al fin terminó! - se escuchó cómo el chico con sudadera de Pikachu gritó con un tono de cansancio

- Se sintió eterno, hasta yo estuve a nada de dormirme - le siguió el más alto del grupo

Tras unas cuantas quejas comenzaron a charlar, comenzaron a consideras saltarse unas cuantas clases, pero su conversación fue interrumpida por una voz femenina desconocida para ellos.

- Disculpa, ¿tú eres... Duxo Rethey? -

- Si, soy yo - respondió algo confundido - ¿Te puedo ayudar en algo? -

La chica de cabellos café extendió su mano, entregando una carta la cuál estaba acompañada por una caja medianamente grande.
- Te lo envía un amigo, al parecer está demasiado ocupado como para entregarla él -

Ambas cosas fueron recibidas por el chico paloma, quien las tomó con delicadeza, miró a la salida de la habitación y se encontró con un peli negro desconocido observando, este al notar la mirada sobre él se fue de ahí... sospechoso, regresó a ver a la chica.

- Muchas gracias...-

- Puedes llamarme Nimu - sonrió

- Muchas gracias Nimu - sonrió de regreso

Tras ese intercambio de sonrisas, la castaña dio media vuelta para irse de ahí.

- ¡Espera! -

El llamado hizo que detuviera su acción y volviera a ver hacia atrás.

- Sé que la respuesta muy probablemente sea un no, pero ¿podrías decirme algo sobre el chico que envía las cartas?, por favor -

Nimu se quedó pensando un momento, de que puede, puede, pero eso la metería en problemas... luego se lo agradecerían.

- Pon atención, está más cerca de ti de lo que crees, tal vez unos ojos miel te ayuden a encontrarlo -

Dio una leve risa y partió del lugar, dejando al chico algo confundido, este después de unos minutos abrió la carta apresuradamente para comenzar a leer, los otros tres chicos presentes se posicionaron tras él para poder hacerlo también.

"Ayer te oí hablar con tus amigos en el parque,
te llevo admirando desde hace tiempo y no me había enterado de que te gustaban tanto los peluches,
espero este sea de tu agrado,
por cierto, que lindo te veías en la mañana, ese saco nuevo te queda adorable."

Una sonrisa se formó en su rostro mientras acariciaba una de las plumas pertenecientes a su traje de paloma, dejó la carta en la mesa y abrió la caja morada, encontrándose con un lindo peluche de pingüino.

"- ¿Quién eres chico anónimo? -"

Entonces las palabras de Nimu cobraron sentido, solo conoce a una persona con ojos color miel, Aquino.

Admirador //AU escolar//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora