Claire Chapagne
Nunca quise ser así, nunca quise convertirme en la desastrosa Claire Chapagne que se veía reflejada en la pantalla oscura de su computadora mientras estaba de camino hacia lo que parecía un convento para descarrilados que habían encontrado mis padres por internet y en el cual estaba invirtiendo un dineral que sería más útil en la beneficencia que en ese lugar.
La ruta parecía estar llegando a su final, pues se empezaba a ver mi destino en el horizonte mientras el chofer conducía hasta este; tanto era el afán de mis padres por salvarme que me han enviado literalmente a la otra punta del mundo, porque mi destino era Nueva Zelanda.
-Finalmente llegué.- dije en cuanto el auto se detuvo frente a lo que parecía el castillo Dorgan III, hecho de piedra muy bien conservado con una enorme entrada, de ese estilo barroco que siempre oí hablar.
Descendí del auto y le di un rápido vistazo al entorno protegido por unas enormes puertas de rejas pintadas de color gris plata. Oficialmente acababa de retroceder a la época de los castillos y caballeros armados, al parecer mi destino era un castillo bastante antiguo con muros que no dejaban ver más, suponía que eso fue lo que más le había llamado la atención. La idea de atraparme en una jaula debió motivarlos demasiado.
-Gracias.- le dije al chofer quien acababa de descender la última maleta que componía mi equipaje. En respuesta este asintió para después en dirección a la puerta del piloto.- espero volver a verte pronto.- comenté viéndolo con la intención de adentrarse de nuevo en el auto.
-No es probable, pero, sería un placer.- sonrió para finalmente meterse en el vehículo y ponerlo en marcha.
Tomé mi mochila y mis dos maletas para caminar hacia la gran entrada y debía admitir que, por dentro, la decoración era muy parecida a la de cualquier hotel en el que había estado, con colores muy luminosos y detalles minuciosos que le daban un toque bastante rustico y acogedor. El amarillo suave estaba muy de moda en este habitáculo mientras se combinaba con detalles en negro, violeta, verde o gris, la inmobiliaria era de colores como azul marino, gris, verde, violeta, el negro o café con algún que otro mueble como la mesa que resaltaba por la vidriada de la que estaba hecha con detalles artesanales que le hacían lucir como pieza única y lo más fascinante es la armonía que formaba con todo lo demás; para ser un viaje al estilo barroco, la decoración era increíble.
-Bienvenida.- escuché detrás de mí. Me volteé para encarar a la persona.- me presento, soy Ayrelin Sanay, seré la supervisora de tus actividades durante tu instancia en el castillo Dorgan III.- dijo la señora que parecía estar en sus cuarenta luciendo un pelo azabache perfectamente recogido mientras las lentes se interponían entre sus ojos negros brillantes y yo. Sus labios llamaban la atención con ese pintalabios violeta que le aportaba a su semblante serio un aura de mujer dura. Lucía un traje de quitación negro que resaltaba su delgada figura y sus finas curvas.
- No ponía en el folleto que tendría supervisora. ¿seguro que no me está confundiendo con alguien más?- dije confusa.
-No, es usted Claire Chapagne, hija de Jean Chapagne y Fleur Larris, tiene diecinueve años, procedente de Francia, grupo-
-Está claro que la chica que esperaba soy yo.- la interrumpí sonriente.- entienda mi confusión, no esperaba ningún asesor extra aparte de la directora o gerente de este lugar.- expuse la inquietud. Este nuevo detalle cambiaría mis planes por completo.
-La accesoria nunca viene en el folleto de supervisión porque es una condición que figura en la documentación de la inscripción.- tras escuchar sus palabras ya me podía imaginar el regocijo de mis padres en este momento, claro que lo supieron todo este tiempo pero no se molestaron en contarme, seguro que para que no maquinara nada.- sígame.- avisó comenzando a caminar hacia lo que parecía el ascensor.
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ENTRE SECRETOS
Teen FictionClaire Chapagne y Mohan Saad, la combinación más imperfecta que se pudo realizar, la suma cuyo resultado era el desastre y el origen de un poderoso virus capaz de intoxicar todo a su paso. Claire y Mohan, dos jóvenes que estaban hartos del mundo y d...