Capitulo 1

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El tiempo pasa en este tren, hace calor, es otoño y veo a traves de la ventana de la puerta del tren los edificios, los arboles poniendose de colores y las alborotadas palomas. En mis auriculares suena una canción que se siente mágica, sin embargo una mezcla de reflexiones y emociones inundan mi cabeza.
Bajo del tren, el reloj de mi celular marca las 4:16 pm.
No puedo reflejar lo que siento.

Al llegar a casa la señora Susana me sonríe y me da un calido saludo de bienvenida. Correspondo al saludo pero voy directo a la habitación, no tengo muchas ganas de comer ni de mediar palabras. Quizás estos ultimos años me han vuelto algo frío y seco o quizás simplemente me cansé de las relaciones humanas, siempre fui de esos que la gente dice que mi edad mental es mayor a lo que aparento, con 28 años he construido muchas relaciones pero tambien tuve que abandonar otras, soy bien consiente de las marcas que me han dejado las personas que se fueron en mi vida.

Soy un virólogo reconocido dentro del campo luego de que mis investigaciones contribuyeron a combatir el Covid-19 y a elaborar algunos componentes enzimaticos y esenciales para la elaboración de las vacunas. No tengo familia, mi padre murió hace 7 años en un atentado a la linea A que involucró a varias personas, fue doloroso reconocer el cuerpo... Mi madre es una mujer amable y cariñosa, me enseñó a leer y jugabamos mucho, siempre fue una mujer complicada de salud y cuando tenía 7 años falleció por una mala neumonía... Ahora que lo pienso quizas ello me incentivo a ser virólogo. Mi vida ha estado llena de cambios, desde chico tuve muchas amistades,  sin embargo siempre fui perdiendo personas debido a que no viví mucho tiempo en un lugar, luego ya ni me esforzaba por aprenderme el nombre de las personas, luego ya no queria saber sus nombres. Supongo que con el amor corrí con un poco mas de suerte 2 relaciones largas de 4 años, supongo que luego de eso ya no se me dió.
Susana me trajo el café con leche con unos tostados que le quedan muy ricos. Susana en mi ama de llaves, es una mujer ya grande pero muy competente, se ha ganado mi respeto y afecto.

—Es todo por hoy Susy, muchas gracias por todo, andá a casa y salúdame a Bauti por mi.

Ella entonces se pone muy contenta por poder ir a merendar con su nieto y yo pongo la música al palo en la casa y se siente mejor cuando estoy solo.

En medianoche recibo un llamado

Hola bonito, pensé que no responderias ¿Cómo estás?
La verdad es que no quiero hablarte Ana ¿Por que me llamas?
—Es importante ¿Podemos vernos mañana en la tarde?

Accedí de mala gana y quedamos para vernos a las 16 en un café al que solíamos ir, cuando eramos pareja.

Su rostro preocupado me daba mala espina.

—Que pasa Anita?
Mi pap...

Ella no pudo terminar la frase que se echó a llorar. Cuando ya se calmó me contó que el padre estaba muy enfermo, que los médicos no sabían que tenía y que queria mi ayuda. Ana me lastimó mucho pero decidí no darle la espalda.

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