warm smile. [niniz] au

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Hanni era una niña la cual elegían al último para hacer trabajos en equipo o para jugar en el receso.

Hanni era la niña a la que todos la tomaban como rara al no tener amigos y querer siempre estar sola.

Hanni era una niña que seguía una aburrida rutina tanto en su casa como en la escuela.

Hanni era una niña de 8 años a la cual se le diagnosticó autismo.

Era lunes y Hanni empezaba otra vez con su rutina diaria, levantarse, cepillarse los dientes, bajar a desayunar, bañarse, cambiarse, irse a la escuela, aparentar que pone atención, salir al receso y estar en su columpio favorito, regresar a clases, salir e irse a su casa, hacer tarea, cenar, cepillar sus dientes e irse a dormir, y al siguiente día hacer lo mismo.

Pero ese día su rutina se vería afectada por una niña nueva en su escuela.

Danielle Marsh.

Era la nueva miembro de la clase en la que se encontraba Hanni, el director pasó a presentarla, todos los niños y niñas quedaron fascinados por su nueva compañera, era una niña muy bonita para su corta edad de 7 y mostraba una hermosa sonrisa. Todos la recibieron gustosos, menos una personita.

Aquella niña de piel pálida con un hermoso cabello negro y ojos cual luceros que miraba hacia afuera de la ventana, a la que no le importaba y no reflejaba interés por la llegada de su nueva compañera.

El timbre sonó haciendo que todos los niños salieran a su almuerzo.

Hanni como siempre fue directo a su columpio favorito que quedaba atrás de la escuela, donde casi no había niños y podría disfrutar del silencio, su mejor amigo.

Danielle cuando vio a Hanni tan apartada de todos sus compañeros se preguntaba si estos les hacían bullying o algo por el estilo, a ella no le gustaba que hicieran eso y es por eso que preguntó a sus compañeros.

— ¿Sabes por qué esa niña siempre esta sola? —preguntó a su nueva compañera Haerin.

— Parece que le gusta estar sola. —respondió indiferente a la pregunta de su compañera.

— ¿Por qué? —insistió la castaño.

— Pues no sé, cada que alguien se acerca, ella no les hace caso y responde siempre lo mismo, hay veces que hasta ni se da cuenta que alguien le habla, todos dicen que está, ya sabes. —Haerin miró Danielle, pero esta no pareció captar la palabra—: loca.

¿Loca?, eso no sonaba muy lógico para alguien como Hanni, pero Danielle decidió saber si todos esos rumores eran ciertos y se acercó hacia donde se encontraba.

— Hola soy Dnaielle, ¡tu nueva compañera! —saludó felizmente.

Pero Hanni seguía con su cabeza baja, pareciera que no le interesara hablar con ella, y eso hizo sentir mal a Danielle.

Pero Danielle no se rendiría hasta al menos sacarla una leve sonrisa a esa niña bonita, porque sí, a la niña sonrisa linda le había gustado Hanni, esa niña tenía una cara tan pequeña como la de una muñeca.

— ¿Hanni? —preguntó Danielle acercándose y picándole suavemente el hombro.

Hanni alzó la mirada y se encontró con una niña un poco más alta que ella, cabello castaño y en su cara mostraba una hermosa sonrisa. Al verla sintió cierta calidez, pero no sabía interpretar que era eso que sentía. Al fin y al cabo, no le mostró mucho interés y prefirió seguir meciéndose en su querido columpio.

Danielle se sintió insignificante, Hanni la había ignorado, puso la sonrisa más hermosa que le pudo dar a alguien, pero aun así aquella niña pálida no mostró interés. Aunque ella no se iba a rendir fácilmente, sí o sí, Hanni sería su amiga, tal vez hasta llegaría pedirle matrimonio, Danielle rió por eso y con la misma sonrisa con que llegó se fue otra vez al salón ya que el receso había acabado.