𝐓he 𝐕ampz | 𝐄nhypen.

𝟎𝟕.

Aquella noche toda la casa estaba en silencio, el ruido era escaso en los tres pisos sin embargo Hari no lograba conciliar el sueño por lo que decidió bajar a la cocina por un vaso de leche.

Se levantó de la cama y se aproximo a la puerta abriendo la misma encontrándose con un pasillo totalmente diferente al de su hogar, dio unos pasos hacia enfrente comenzando a caminar por ese pasillo sombrío y frío hasta que las cortinas dejaron ver la luz dea luna llena al otro lado del pasillo dejando ver una silueta masculina en un traje blanco, no podía ver bien su rostro debido a la lejanía que había, pero una extraña sensación se apoderó de su cuerpo provocando que avanzará hacia él, pero sus pasos se detuvieron de repente obligandola a bajar su vista a sus pies que eran cubiertos por varias capas de tela blanca dándose cuenta que traía puesto un vestido como si de una princesa se tratase.

Levantó su mirada encontrándose con un escenario diferente, era un salón de baile con pisos y paredes de mármol que provocaban un eco espeluznante por todo el lugar que se encontraba solo hasta que el gran candelabro que colgaba del techo se iluminó dejando ver con más detalle el salón de baile que tenia detalles dorados en las columnas de la pared de las que se postraba un cuadro de gran tamaño con una familia pintada en él, se acercó para verlo más de cerca apreciando a una familia con lo que parecía el rey y reina a un lado suyo con dos niñas a los costados de reina dando a entender que eran las princesas y por obvias razones la familia real estaba completa aunque el rostro de una de las niñas tenía un gran parecido a su madre, el cuadro comenzó a deformarse ahora dejando ver una pintura de su madre y padre junto a una niña y un niño dando a entender que eran hermanos, se acercó a tocar el cuadro para ver de quién se trataba en realidad cuando el candelabro de cristal cayó al centro del salón obligandola a girarse por el susto y el horrible ruido que provocó los cientos de cristales rebotando en el piso de mármol, dio algunos pasos hacia atrás topandose con la pared llevando su vista a la puerta por la que había entrado al salón dejando ver la silueta de ese hombre, aquella figura al percatarse de su presencia comenzó a correr hacia ella con tanta desesperación y aún sin saber su identidad este la envolvió entre sus brazos provocandole una sensación de melancolía y tristeza que la hicieron derramar un par de lágrimas, era esa sensación de haberse reencontrardo con un ser querido que no ves tan seguido.

— ¿Quién eres? — Preguntó mirando el rostro borroso de aquel chico de aparentemente su edad antes de despertarse de golpe llevando una de sus manos a su pecho aún sintiendo las lágrimas recorrer sus mejillas, pero lo que nadie sabía es que en una de las siete habitaciones alguien más se había despertado de la misma pesadilla.

...

Después de varios intentos por fin pudo conciliar el sueño, daba gracias que era sábado, un día antes del primer concierto de la banda. Horas después se levantó debido al ruido que provenía del pasillo, seguramente los chicos estaban despiertos y ahora se encontraban alistandose para irse a ensayar, iba a seguir durmiendo, pero la voz de Sunghoon la despertó casi cayendo de la cama.

— ¡Boo! ¡Despierta! — Sunghoon la movió de un lado a otro entre risas, era una peculiar forma de despertar. - Alistate y vámonos, hoy nos vas a acompañar. —  Sin recibir respuesta alguna ante su comentario Sunghoon tomó las mantas entre sus manos para quitarlas de la cama de la chica quien comenzó a quejarse y a reclamarle cuando ya se encontraba sin sus sábanas.

— Buenos días para ti también, Park Sunghoon. —  Le lanzó una almohada que fue atrapada al instante por el chico que presumía sus habilidades de vampiro. —  No es justo, ahora sal de mi habitación. — Le dio un leve empujón el cual solo hizo reír al chico que caminaba a la salida de la habitación de Hari.