I.

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 Aprovechando la hora libre que tenía, Amber se encontraba en las gradas con su portátil sobre sus piernas esperando a que las fotos que había sacado del amanecer esa mañana se pasaran de su cámara a este.

Levantó la mirada de su portátil y observó que el equipo de fútbol estaba comenzando su entrenamiento. A pesar de que ella no era muy fan del deporte, siempre que tenía una hora libre se sentaba allí y les sacaba fotos.

Ella amaba la fotografía desde siempre, pero no fue hasta su cumpleaños número dieciséis que su hermano le regaló una cámara. Desde entonces no se separaba de ella, se la llevaba a todos lados y sacaba fotos a todo lo que le parecía hermoso, desde un perro bebiendo agua, pasando por niños jugando en el parque hasta parejas paseando de la mano.

Amaba la fotografía y fue por eso que, a pesar de la negativa de su padre, había decidido apuntarse a clases de fotografía que habían después de clase. En uno de los trabajos que le había mandado la profesora, esta le había dicho que era muy buena.

A su hermano también le parecía buena fotógrafa y siempre que ella le enseñaba las fotos que hacía se lo decía. Incluso muchas veces le pedía que le hiciera fotos cuando entrenaba o cuando competía. Ella solo accedía a fotografiarlo cuando entrenaba, pues él entrenaba artes marciales y en las competiciones eso llegaba a ser muy sangriento y eso a ella no le gustaba. No la pasaba bien viendo como golpeaban a su hermano y tampoco ver en lo que se convertía su hermano cuando pisaba el ring.

Sus mejores amigos, Max y Sasha, también habían visto sus fotografías y cada vez que las veían le recalcaban lo buena que era. El único que nunca había visto sus fotografías era su padre.

Él siempre le decía que eso era una perdida de tiempo, que tendría que poner su atención en estudiar algo que realmente valiese la pena como la abogacía. No es que ella se quisiese dedicar profesionalmente a la fotografía y no a la abogacía, pero no quería dejar de hacer algo que amaba por algo que todavía no estaba pasando. No quería elegir ninguna de las dos, ella quería hacer ambas cosas y eso su padre no lo quería entender.

Cuando las fotos se terminaron de pasar al portátil, vació la tarjeta de memoria y tras ponerla en la cámara nuevamente se puso a fotografiar al equipo.

Mientras fotografía al equipo, vio como un chico moreno cabreado salía de debajo de las gradas y a los pocos minutos minutos vio como su amigo Max junto con su hermano y los amigos de este salían del mismo sitio. Su amigo se veía golpeado, y ella no era boba para saber el porque de que su amigo se viese así.

Max también entrenaba artes marciales, y a pesar de que entrenaba con uno de los mejores luchadores, Jean Roqua, no era tan bueno ni tenía tanta técnica ni fuerza como su hermano y sus amigos.

En más de una ocasión se encontró a su amigo siendo golpeado por alguno de los amigos de su hermano o por este mismo, lo que provocaba que se enfadara y retirara la palabra a ambos.

Siguió con su mirada al grupo de hombres mientras pasaban por delante de ella sin percatarse de su presencia, hasta que su hermano la vio. Este se despidió de sus amigos y empezó a subir las gradas. Amber al ver a su hermano dirigirse hacia ella se puso a guardar sus cosas con la intención de irse antes de que él llegara a ella y así demostrarle lo enfadada que estaba por volver a golpear a su mejor amigo, pero él fue más rápido y llego junto a ella cuando terminaba de cerrar su maleta.

— Hola enana— la saludó con una sonrisa.— ¿Qué haces aquí?

La rubia lo ignoró bajando las gradas para ir a clase.

— Amber— la llamo su hermano pero ella no se detuvo—. ¿Qué te pasa?— la cogió del brazo haciendo que ella lo mirase con el ceño fruncido— ¿Qué te pasa?— repitió.

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⏰ Última actualización: Apr 12, 2023 ⏰

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WIN OR LOSE || Jake TylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora