Unos adolescentes que se conocen de una forma un tanto extraña. T/n Barrett por fin acepta la petición de su amiga para ir a un partido del chico que le gusta, y ahí es donde le conoce a él, Jaden Walton, el chico del que se enamoraría perdidamente.
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T/n Barrett Atlanta • Georgia
Me despierto por la poca luz del sol que entra por mi ventana. Miro hacia abajo y veo a Jaden dormido, estamos como nos dormimos ayer. No puedo evitarlo, tengo unas ganas inmensas de acariciarle o de tocarle el pelo, así que hago ambas y pasó mi mano por su espalda acariciándola. Él se estremece en mi pecho aún dormido.
— Mhh -gruñe Jaden-
Poco a poco va abriendo los ojos mientras yo le sigo acariciando la espalda.
— Buenos días -dice con voz ronca- — Buenos días -respondo- — Ojalá despertar así todo los días -dice apretando su agarre-
No respondo, solo sigo acariciándole la espalda por encima de la camiseta. Jaden se levanta y se quita la camiseta. Joder, creo que me voy a desmayar. Se vuelve a tumbar en mi pecho.
— Me estorbaba la camiseta -dice- Sigue, por favor -suplica-
Yo le hago caso y sigo acariciándole la espalda pero esta vez desnuda. Se escucha un suspiro de su parte al notar mis manos en él.
— ¿Que hora es? -pregunta con los ojos cerrados- — Las diez — Tenemos tiempo — ¿Tiempo para que? -lo había malpensado- — Para que sigamos así -aclara-
Nos quedamos en silencio, solo se escuchaban suspiros no muy fuertes de su parte.
— Es la primera vez que me acarician -dice- — ¿Enserio? -digo sorprendida- — Si, ¿por qué tanta sorpresa? — Pensaba que eras el típico que había tenido muchas novias y así. — Que va, solo he tenido una novia -dice- ¿por que pensabas eso? — No se... Eres guapo, simpático... Hay muchas chicas que van detrás de ti. — Bueno, pero a mi me dan igual ellas, a mi solo me interesa una y creo que no le gusto.
Oh.
— ¿Y quien es la afortunada? -pregunto- — Una chica muy guapa, es castaña, tiene los ojos marrones, es bajita, tímida, simpática. Lo tiene todo. — Oh, es muy afortunada de tenerte -digo desolada- — Si... ¿y tú? ¿Hay alguien en tu mente? — Si bueno... hay un chico, pero ni idea. -digo, obviamente no iba a dar nombres ni detalles, era él el que me gustaba.- ¿Te quedas a comer? -pregunto cambiando de tema- — Ni idea, tengo que preguntar. Y por favor, cállate. — ¿Eh? -me había sentado mal- — Quiero disfrutar de este momento, me encanta escucharte hablar, pero no quiero pensar que dentro de un rato no estaremos así.
AHH
Le hago caso y me callo, y mientras le acaricio la espalda, muevo mi mano arriba y abajo. Estamos así un rato hasta que me pongo a escribirle en la espalda. Te quiero, eso es lo que le escribo.
