La primera vez que Hyunjin vio a Bang Chan y a Felix fue en esa fiesta.
🝱 ! Autor original: Hobibuba
🝱 ! Chan top! felix bottom!
🝱 ! Omega x omega.
🝱 ! Gráficos ‹3: honneily_
Advertencias:La siguiente historia es un fic corto (no más de 6 capítulos), omegaverse. Es Chanlix, es decir, Chan activo x Felix pasivo. Lobos.
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La luna llena sería en una semana más, y ese sería el día en que Chan y Kyungpyo tendrían su duelo. Eran esos días en que nuestros lobos eran más fuertes, más veloces y se curaban más rápido.
Kyungpyo aceptó el duelo, por supuesto: como alfa, tenía la posibilidad de negarse, aludiendo a que no sería una pelea justa por la condición omega de Chan. Sin embargo, todos sabíamos que quería matarlo, probablemente influido por el padre de Felix.
Jeongin corrió donde su hermano mayor, ayudándolo a ponerse de pie y caminando con él en dirección a casa. Felix no dejaba de llorar.
―Lix, Lix... ―murmuraba Jeongin, acariciándole las mejillas cubiertas de lágrimas del omega.
―Tienes que hablar con Chan ―sollozó Felix, desesperado―, tienes que decirle que no lo haga, Innie, por favor...
―Puede que él...
―¡Kyungpyo lo matará! ―se rompió Felix―. Kyungpyo me prometió que apenas pudiera, lo mataría...
Jeongin tragó saliva, tembloroso, apenas respirando. Traté de extender feromonas alfas tranquilizadoras, para que el omega dejara de llorar, tan destrozado.
Entonces, pareció reparar en mí, volteándose a verme, su rostro lleno de esperanza.
―Hyunjin, Hyunjin, debes decírselo tú ―me dijo, su voz empapada en súplica. Parpadeé―. Dile que es una locura, que retire el duelo, que debe seguir vivo ―lloró unos segundos más―. Debe seguir vivo por mí...
Sentí mucha pena al ver a Felix tan destrozado, aferrándose a mí, con su vientre regordete gracias al embarazo. Ya no lucía como ese omega que conocí meses atrás en la fiesta, coqueto y juguetón, ahora se veía desesperado, quebrado. Sus mejillas estaban hundidas, con ojeras bajo el rostro, y un naciente moretón sobre el borde de su labio gracias al golpe que Kyungpyo le dio.
―Hablaré con él ―le dije, poniendo un tono amable―, trataré de hacer lo que pueda, Lix.
―No, no tienes que tratar ―insistió Felix, sacudiendo su cabeza―. Tienes que hacerlo, tienes que hacerlo, si Chan se muere... si él muere...
No quería que lo dijera. No quería que dijera esas palabras en voz alta. Pero no pude detenerlo.
―Si Chan se muere, yo me mataré también.
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