"Me lastima, me quiebra,
no sé qué es lo que me hace aguantar.
De cualquier forma, si me voy,
voy a odiarte con todo mi ser dolorido.
No hemos terminado hasta que esto se acabe
Como si hubiéramos estado esperando por toda esta agonía"
—Lovesick Girls, Blackpink
El 20 de julio, a eso de las 3 de la tarde, mientras la casa estaba alborotada entre gritos y llantos, Jeon Jungkook quebró el florero blanco y le gritó a Park Jiyong que se fuera de la casa. Tenía la cara roja como una cereza, las mejillas empapadas en lágrimas y la piel pastosa por el maquillaje corrido. Si ese día se había peinado con preciosos broches de libélulas, ya no le quedaba más que uno, que colgaba de un mechón de pelo balanceándose al ritmo de los erráticos movimientos de la chica, amenazando con caer como los demás broches.
Al principio, no había sido nada como esto. Jiyong y él se sentaron a hablar, como muchísimas veces; Jiyong había pedido un tiempo y Jungkook, como el novio comprensivo que era, accedió, preguntando sus razones. Jiyong arguyó, evitando cualquier palabra sincera, que quería tiempo para él, para pensar, para replantearse la relación y, entonces, sin darse cuenta de la batalla que traería, dijo:
—Creo que nos beneficiaría a ambos, dado que parece que no puedes quitar tus ojos de Kim Yugyeom.
Jungkook parpadeó, estupefacto, inseguro de lo que había oído y respondió, sacando la palabra entre una risa incrédula: —¿Perdón?
Se miraron, uno con el rostro oscuro y enojado, otro con una mirada que oscilaba entre la sorpresa y la rabia.
—Me has oído bien. Y no es sólo con él; últimamente te encanta verle el culo a cuanto petardo te pasa por el frente. Te encanta ¿No? Prefieres verlos todo el día que ponerme atención a mí por un instante.
Jungkook no sabía cuántas veces había escuchado esto a lo largo de los años.
Al principio, eran palabras sueltas y juguetonas que le pedían su concentración. Sin embargo, mientras la relación cambiaba, empezaron a transformarse en reproches, en Jiyong haciéndole cambiar de ropa una y otra vez para que nadie le mirara, en largas peleas donde el mayor le exigía que se pusiera en su lugar, un lugar extraño donde Jiyong se preocupaba excesivamente de su vestir y de su actuar, que incluía claramente esa oscura inseguridad en la solidez de su relación.
No lo admitiría frente a nadie porque eso significaba admitir que su relación iba peor de lo que quería pretender, pero Jungkook añoraba el principio; estaba muy cansada de ese ir y venir en el que estaban ambos. Estaba harta, le dolían física y mentalmente las constantes discusiones, los gritos, las peleas. Estaba agotada de obviar los problemas y esconderlos bajo el sexo, ya no quería preguntar qué debía ponerse cada vez que iba a salir, tampoco quería esas discusiones en la calle cuando atraía cualquier tipo de mirada. Ella sólo quería volver a ese entonces donde sólo tenían que mirarse para acabar una discusión, añoraba sentir nuevamente las cosquillas en su estómago y la seguridad de tener a Jiyong a su alrededor, ya no quería rodar los ojos cada vez que veía al hombre acercarse para hablar.
ESTÁS LEYENDO
Haven | Jikook
Fanfiction¿Qué fue lo que le pasó a Jungkook como para decidir que no quiere salir nunca más con un heterocurioso? Historia inspirada en Stigma de @Hobibuba