The fire of my soul 💥

4. Si Ellos Supieran..

-Amelia como pudiste decir eso y encima delante de todos?! - Protesto Amber cuando llegaron  a casa, se sentía muy avergonzada-

Amelia estaba sentada en el sofá ,callada, con un pañuelo presionado en la nariz mientras mantenía la cabeza agachada.

-Es increíble... Nunca pensé que actuarás así. Te pareces a nuestros padres. - Solto con odio y se fue corriendo a su habitación-

-Es cierto.. Tu no eres así Amelia... -Apoyo Amity y subió a su habitación-

Los gemelos no dijeron nada, miraron a su hermana mayor con lástima, pues ellos habían logrado ver algo del infierno que pasaba la mayor.

Sólo se quedaron en silencio y fueron a sus habitaciones.

Amelia suspiro de manera pesada, esas palabras le dolian más que el puñetazo que le dio la humana.

-...lo siento.. - murmuró en bajo, nunca querría actuar de esa manera. Pero intentaba evitar alguna pelea con sus padres-

Una vez estando sola en el salón, Amelia desactivo su hechizo de ilusión, pues nadie debía verla de esa manera.

La realidad era que la peliverde estaba llena de heridas: moratones y cortadas a simple vista en su rostro se veian, pues el resto lo tapaban la ropa.

Amelia no era como sus padres, nunca podría serlo. Pero ese era su mayor miedo, ella solo habló y actuó así intentando evitar los golpes que sus padres le darían.

Ser la mayor no es fácil.

Desde que ella recuerda a vivido durante toda su vida protegiendo a sus hermanos no sólo del mundo exterior, sino también de sus propios padres.

Intentando que ellos dañaran lo menos posible a sus hermanos, tanto física como mentalmente, ella ya había sufrido demasiado y no quería que ellos tuvieran que pasar por lo mismo.

Si ellos supieran...

Si ellos supieran, la entendieran mejor, entenderían porque hace lo que hace y como lo hace.

Pero a la vez no quería que supieran nada de lo que ocurria a sus espaldas.

Amelia pensaba que sus hermanos se merecían vivir una infancia lo mejor posible, y trabajaba duramente para que eso se cumpliera.

-Ahg... Maldita Lucía... Eres más fuerte de lo que pensé.. - Dijo al ver que no dejaba de sangrar su nariz, por lo que tuvo que ir al botiquín y tomarse una pocion de curación, así de paso sus demás heridas se curarian-

Luego de eso fue a hacer el almuerzo para los menores, pero la escena de todo lo terrible que dijo y la discusión con Lucía ocurria una y otra vez en su cabeza.

Ella sabía que todo lo que dijo fue una mierda, no podía dejar de pensar en cómo se sentiría Luca, sus gestos avergonzados.

-Joder.. Lo humille demasiado..

Pensó arrepentida. Debido a esa distracción se hizo un corte en la mano mientras cocinaba, pero nada serio, y es que la carcomia por dentro el daño que había hecho-

Pero no sabía que hacer, pues quería evitarse a toda costa que sus padres se enteraran de lo ocurrido.

Quizás debería ir a escondidas a la casa buho y disculparse o quizás sólo debería dejar de pensar en ello.

Amelia sirvio la comida para sus hermanos, los llamo los cuales todos menos Amber bajaron a comer, la mayor suspiro pesadamente y guardo el resto de comida en un tupper.

-Tu no comes Amelia? - Pregunto Amity mirándola de manera atenta-

-Fui comiendo mientras hacía la comida, debo ir a estudiar enana. Espero que este bueno

-Lo esta! - Aseguro Edric-

-Me alegro, entonces iré a mi habitación, si me necesitan llámenme -Amelia sonrió un poco, Emira y Edric podrían hacer muchas bromas pesadas y meterse en muchos líos, pero gracias a ellos podía reír de vez en cuando-

Amelia subió dejándolos atrás, fue a estudiar y hacer sus deberes  durante el poco rato que le quedaba antes de ir a trabajar en la tarde.

Mientras tanto en el salón.

Una pequeña peliverde pregunto a Emira y Edric.

¿Porque Amelia nunca come con nosotros?