Trastorno

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Han pasado unas pocas horas desde que Coco abuso cruelmente de Gordi. El juro ante dios y todas las cabezas de unicornio que rodarán que jamás volvería a tocar a un hombre, quizás era muy pronto para empezar a rezarle al de arriba y besar las hermosas piernas de la tentación que volvía a sus puertas una vez más. Detrás de esas ropas negras se ocultaba otra cosa, algo misterioso que nunca otro haya visto. Desde semanas anteriores se rumoraba que el sargento estaba saliendo con el padre, pero que solo era algo platónico y nada pasional, esa oportunidad de mancillar cuerpos vírgenes y solitarios iba a ser una de las gotas que derramará el vino sagrado de dios. Parecía un tipo de psicópata, sabía por dónde llegarle a cada uno de los ositos, muy bien dicen que los callados son los más peligrosos.

- Padre, necesito decirle algo, han estado pasando cosas extrañas conmigo últimamente.

El padre como siempre buscaba orientar y ayudar a los otros, siempre quería ser el más centrado en cuanto a las situaciones emocionales o cuestiones más religiosas. Era muy extraño que Coco quisiera hablar con él, normalmente afrontaba muchas de sus inquietudes con un cigarro, pero ahora, parece que por fin necesita su ayuda.

- Hijo ¿Qué es lo que te sucede? Qué aflige a uno de los mejores soldados que ha tenido este ejército.

El teatro comenzaba, el rey de la actuación había iniciado su acto y sus lágrimas comenzaron a caer sobre sus mejillas, sus palabras fueron directas y nada fáciles de digerir, el le había confesado lo que pasó con Gordi, y ahora el no tenía idea de que hacer con esas ideas tan lascivas.

- P-padre.. necesito su ayuda, yo no se como controlar estos impulsos tan descarados.

- ¡Hijo! Eso que hiciste es horrible, pero si algo nos ha enseñado la biblia es que debemos perdonar, y te perdono hijo.

Este dejó salir una pequeña sonrisa que iba aumentando a una más malévola, tomó al padre de los hombros y lo arrincono cerca del podio donde el recitaba sus discursos religiosos. El padre estaba asustado, no quería recibir el mismo destino que el pequeño Gordi, pero parece que dios siempre pone las peores guerras para sus mejores soldados.

- ¡A-alejate de mi! No tienes idea de lo que estás haciendo.

¿Acaso cree que no padre? Por favor, el estuvo planeandolo desde hace tanto tiempo que usted nisiquiera reconoció las señales de alarma. Coco no tenía ganas de escuchar al padre así que rompió un poco de la ropa del padre y se la introdujo en la boca para que se callara, también ato sus manos con la propia tela de su gabardina, pasarían una hermosa noche aquí así que no tendría la necesidad de salir a ninguna parte.

- Padre.. Oh Padre, si tan solo hubiera alguien que lo escuchara, déjeme decirle que es chistoso que alguien como usted con un pasado tan promiscuo llegara a ser religioso.

Encendió un cigarro y comenzó a fumarlo frente a él, bajo hasta donde estaba el para que el humo tocara su cara, era tan divertido ver como todos estaba tan asustado, retiro toda la demás ropa que le quedaba al padre dejando ver su cuerpo desnudo, con su cigarro quemo el pezón izquierdo del padre, los chillidos de este le divertían bastante, no iba a detenerse aunque el rogara, llorara o pidiera lo que sea con dios.

- Para esta maravillosa ocasión traje este machete, y tranquilo padre, no voy a cortar alguna parte de usted.

Coloco al padre con frente a él, dejándolo en la posición más reveladora, ahora el estaba con las mejillas al suelo y todo de él quedaba expuesto, sin ser precavido metió el mango de él machete dentro de la cavidad anal del padre.

- ¿Qué pasa padre? Usted también es una estatua ahora. Hable así como nos da el ridículo sermón de que dios nos salvará a todos.

Este río de una forma tan satisfactoria para el. El ano del padre comenzaba a derramar algo de sangre, pero eso era bueno, ahora tendría un lubricante natural, retiro suavemente el machete y decidió ahora si introducir su miembro, le dio una fuerte nalgada con las garras fuera dejando rasgado el glúteo derecho del padre.

Pov. El Padre

Su corazón latía demasiado, la espalda y el interior ardían de una forma tan extraordinaria, como si de agua hirviendo se tratara. ¿Por qué el tenía que pagar por esto? Dios, si estas en algún lugar por favor ayúdame. El miembro del otro le rasgo aún más el interior haciendo que su cara se empapara con lagrimas, su saliva también se mezclo con el otro fluido que brotaba de su cara. Levantó un poco el cuerpo del padre y le introdujo el mango del machete en la boca, ahora le haría una felación al mango mientras el se encargaba de llenar lo vacío y retorcido que estaba el agujero que le pertenecía al general.

- Por favor padre, no quiero que contenga ninguno de sus sonidos, estamos solos ahora.

Dios, te pido por favor me liberes de esto, no me siento bien, mi boca está llena de saliva y mi interior está lleno de su asqueroso semen, parece que no pudo resistirse a mi interior y dejó salir varias descargas. Toda la noche jugo con mi interior hasta que se canso y me ahí acostado, sin poderme mover, casi muerto, casi muerto, casi muerto, casi muerto, casi muerto.

Pov. Coco

- Parece que me sobre pase un poco con usted padre. Ahora podrá ver a dios como tanto quiso o quizás nos veamos en el infierno, y solo espero que sea así.

Camino un poco lejos del cuerpo inmóvil del padre hasta que regreso y le dio una fuerte patada, era un contenedor vacío, no podía creer que Gordi fue un poco más resistente que este idiota religioso. Que mierda, fue el peor sexo de su vida, y eso que la tortura fue deliciosa, pero no lo suficiente para que pudiera sentirse pleno.

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