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[𔘓]
Mientras bajaba las escaleras, Hoseok iba pensando en Yoongi. ¡Gracias a Dios, estaba vivo! La cuestión era si debía permanecer bajo su protección, o llegar a otra solución con ayuda de Park Jun Pil. Quedarse con Yoongi era una gran tentación. Nunca se había sentido tan atraído por una persona. Ni tan fascinado.
Entró en la cocina y vio a Sung Hoon junto al fregadero, aclarando botellas y metiéndolas en el lavaplatos.
—¿Estás bien, muchacho?
—Claro —dijo Hoseok. Se fijó en que había una caja de tiritas en la encimera—. ¿Te has cortado?
—No. Pensaba que tal vez tú necesitarías alguna —dijo, mirándole el cuello fijamente—. Ay, una cadena de plata. Eso te protegerá.
—Me la ha dado Yoongi —dijo Hoseok, admirando el crucifijo antiguo.
—Sí, es un buen hombre —respondió Sung Hoon, y metió la caja de tiritas en un cajón—. No debería haber dudado de él.
Hoseok abrió un armario.
—¿Dónde tienes los vasos?
—Aquí —dijo Sung Hoon. Abrió un armario diferente y sacó un vaso—. ¿Qué te gustaría tomar?
—Un poco de agua —respondió Hoseok, y señaló el dispensador de agua de la puerta de la nevera—. Yo mismo me lo sirvo.
Sung Hoon le entregó el vaso de mala gana y lo siguió hacia la nevera.
—Puedo hacerlo solo, Sung Hoon —dijo Hoseok. Se puso un poco de hielo y sonrió al japones, que se había apoyado en la puerta de la nevera—. Son todos demasiado amables. Van a convertirme en un caprichoso —añadió, y se sirvió agua.
Sung Hoon se ruborizó.
Hoseok se sentó a la mesa y miró dentro de la caja de brownies.
—Um... —murmuró. Sacó uno—. ¿Crees que podrías encontrar algunos instrumentos dentales para mí? Necesito tensar la férula de la boca de Yoongi.
Sung Hoon se sentó frente a él.
—Sí. Podemos ocuparnos de eso.
—Gracias —dijo Hoseok, y pellizcó una esquina del bizcocho—. ¿Hay algo que hacer por aquí?
—Al otro lado del salón hay una biblioteca muy bien surtida. Y debería haber una televisión en tu alcoba.
¿Alcoba? A Hoseok le encantaba lo arcaicos que podían sonar aquellos samuráis. Terminó el brownie y fue a la biblioteca. Vaya. Tres paredes cubiertas de suelo a techo con estanterías llenas de libros. Algunos de ellos parecían muy antiguos. Otros estaban en idiomas que no reconocía.
