Corriendo por su vida, la joven de dieciséis años corrió por el cementerio en ruinas. Los relámpagos crujieron en el cielo arriba, el viento y la lluvia aullaban a su alrededor. Miró a su alrededor para encontrar a su atacante, pero el viento y la lluvia hacían imposible diferenciar las sombras que la rodeaban.
Al ver una casa en la distancia, la niña corrió locamente hacia ella y se apresuró a entrar. Cuando se volvió para cerrar la puerta, un relámpago brilló y vio una sombra oscura que avanzaba pesadamente hacia ella en la distancia. Jadeando horrorizada, la chica cerró la puerta de golpe y echó llave. Se apresuró a encontrar un interruptor de luz y cuando lo hizo descubrió que la casa era solo una pequeña choza de una habitación. No había salida.
¡AUGE!
La puerta se estremeció y ella gritó, su única protección comenzó a ceder ante la fuerza monstruosa de su atacante. Corrió hacia la ventana para abrirla, pero la ventana no se podía abrir. Trató de romperlo pero no tuvo la fuerza para romper el vidrio. Estaba atrapada.
¡AUGE!
Una de las bisagras de la puerta comenzó a romperse y se giró para ver que la puerta comenzaba a ceder. "¡No! ¡Vete!" ella suplicó. "¡Déjame en paz!"
¡AUGE!
Esta vez la puerta finalmente se rindió, sus bisagras se rompieron y la puerta de madera cayó al suelo. Una figura sombría la miró fijamente en la entrada en ruinas. Sus ojos vibrantes brillaron con malicia y sed de sangre hacia ella y mientras un relámpago destellaba detrás de él, la niña vio como el monstruo estaba empapado en sangre. "¡No!" gritó mientras la figura alienígena flotante se movía hacia ella, levantando los brazos y levantando a la niña en el aire, total y absolutamente indefensa.
"¡NOOOOOOOOO!"
Arashi vio la película y se estremeció de miedo antes de meterse una papa frita en la boca. Se recostó en su sofá, su sala oscura iluminada solo por la luz del televisor. Afuera podía escuchar la tormenta arreciando, relámpagos destellando en las ventanas.
Comiendo otra papa, Arashi continuó viendo la película mientras trataba de relajarse. Si bien las películas de terror no eran algo que le gustara, después de ser perseguido por su propio gremlin psíquico, había llegado a simpatizar un poco con los personajes.
Pronto, la película comenzó a terminar y los créditos aparecieron. Mirando el reloj, se sentó y estiró los brazos. "Nghh... mejor vete a la cama." Apagó la televisión, haciendo que la habitación quedara completamente a oscuras. Arashi estaba bien con eso ya que estaba muy familiarizado con su entorno para moverse en la oscuridad total.
Entonces escuchó un susurro en su puerta.
'Probablemente solo el vecino que llega borracho a casa.' Racionalizó Arashi mientras saltaba un poco hacia atrás, tratando de mantener la calma.
Eso fue algo que luchó por hacer cuando sus cerraduras estaban desatadas, incluso la cadena hizo un ruido cuando se desabrochó. Antes de que pudiera hacer algo, la puerta se abrió de golpe.
Arashi jadeó cuando vio una figura sombría flotando en su puerta. Vibrantes ojos verdes lo miraron con malicia y sed de sangre. Detrás de la figura, un relámpago brilló detrás de la figura, revelando su pequeña silueta flotante. Con el cuerpo empapado de sangre, el hedor sofocante entrando en la habitación, Arashi sintió que se le helaba la sangre.
"¡ NOOOOOOO!"
"¡Oh, deja de ser tan dramático!" Tatsumaki puso los ojos en blanco antes de entrar flotando en el apartamento de Arashi, cerrando la puerta detrás de él y bloqueándola con sus poderes psíquicos. "Caray, gritas como una niña en una película slasher". Extendió la mano y encendió las luces. "¿Qué demonios estabas haciendo parado en la oscuridad?"
