Prólogo.

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00.

Princeton, Virginia Occidental.

21 de octubre de 1987.

El fantasmagórico y tenebroso bosque de aquella noche le hacía creer que era una mala idea estar ahí. Sabía que no debía estar ahí, pero realmente quería saber la verdad respecto al misterio más grande del condado.

La tormenta hacía más difícil su expedición por el bosque. Los rayos y truenos eran una señal de volver, pero Kim era terco, era curioso.

Detrás de él caminaba el chico al que arrastró a su aventura, con la linterna en la mano iluminando el camino.

En medio del bosque y con sus pies hundiéndose en el lodo, Kim se detuvo cuando vio una figura a lo lejos. Podía ser imaginación suya o tal vez un reflejo del rayo que cayó justo en ese instante, pero estaba seguro de haber visto algo.

—¿Qué sucede? —preguntó el chico detrás de él. Sus ropas estaban mojadas y a duras penas podían ver debido a la lluvia. En ese momento se arrepentía de haber seguido al curioso chico a ese tétrico lugar.

Kim Taehyung se mantuvo quieto, viendo detrás del árbol en donde vio eso.

—¿No lo viste? —preguntó sin quitar la mirada del árbol. Estaba seguro de haberlo visto, o tal vez los efectos de la lluvia y el frío congeló su cerebro que le hacía ver cosas.

El chico frunció el ceño sin saber a qué se refería. —Escucha, Taehyung, no juegues con esto y no trates de asustarme. Ya deberíamos irnos. La tormenta empeorará.

Taehyung lo ignoró y continuó caminando con dificultad entre la grama y los troncos en la tierra.

—Aún no, no hemos llegado —dijo. No se iría de ahí sin al menos tener una respuesta a todas sus interrogantes.

—¿Realmente qué buscas, Taehyung? Estar aquí es peligroso, no sabemos si de verdad hay un loco merodeando este bosque que nos pueda matar.

—¿No me digas que tienes miedo, Yoongi? —preguntó con sorna y le alumbró el rostro con la linterna.

Yoongi apartó la linterna de su rostro, fastidiado. —Esto es ridículo, Taehyung. Estamos en medio de la nada en plena tormenta, ¿y tú me preguntas si tengo miedo?

—Bueno, si quieres irte, adelante, solo me retrasas —Volvió a caminar.

—No puedo dejar a mi hermano menor solo en medio del bosque, mamá me mataría —Se acercó hasta él, tenía que sí o sí convencer a Taehyung de volver.

—No le diré a mamá. Vete, sé que quieres irte.

—¿Y qué pasa si un loco intenta asesinarte? —preguntó, justo después un rayo resonó y se escuchó el crujido de los árboles y las hojas ventear.

—Soy veloz, lo sabes.

Yoongi no podía dejarlo, pero tenía un asunto importante que resolver dentro de una hora.

—No, Kim, tenemos que irnos. Escuchaste las noticias, no podemos estar aquí.

—Yoongi, prometo solo ir hasta el parque y luego volver. No tardaré.

—Maldita sea, nunca te das por vencido.

—En estos casos no, así que vete. Solo me retrasas, Kim.

—Estás demente, ¿lo sabes?

Kim rio. —Lo sé.

Yoongi suspiró frustrado, sabía que no tenía caso insistirle. Sin más remedio, sacó una navaja de su bolsillo y se la entregó.

El Niño Del Overol AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora