9.Lithium

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Hola mi gente!! ¿Cómo están?

jajaja después de casi tres año, vuelvo a actualizar este libro de one-shots multishiper ✨🥳🥳✨ Aunque mi pareja favorita y la que lleva todo mi tiempo es el Noruega x Colombia, créanme que no me olvidado de la historia que les debo 🤭🤭

En fin, el capitulo de hoy es para participar en la actividad de la señorita @madumu

Les recomiendo sigan su trabajo que es hermoso y espero disfruten esta historia, jejej asi que 

¡¡A leer!!

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Colombia x Third Reich

Sentado en su oficina, en la oscuridad, Reich pensaba en las cosas que odiaba, él odiaba muchas cosas, claro que sí, su mente envenenada con los ideales de esa época y de su gobierno, lo hacían destilar aquel horrible sentimiento desde lo más profundo de su corazón.

Era desesperante sentir eso, su cuerpo frio y muerto, mientras un ardiente fuego quemaba sus huesos y lo llevaba a la batalla. Aquel sentimiento era eterno, un circulo vicioso desde que empezó aquella guerra, pero había días en que no era tan pesado, tan oscuro que ni podía diferenciar su alrededor. Sus hijos eran la mejor medicina, los gemelos que había tenido gracias a su matrimonio arreglado con Austria eran una bendición en su vida, un rayo de luz en medio de esa tormenta, pero no eran suficiente para despejar su atormentada mente.

No, para el alemán solo había una solución, y la odiaba, la odiaba mucho. Era una voz, una suave, hermosa y perfecta voz que llenaba su oficina en ese momento, una grabación especial que había conseguido gracias a sus espías, donde la melodía de ese ser llenaba su estudio mientras la luna iluminaba el vaso de wiski que ahogaba sus penas. Era la voz más hermosa que había conocido nunca, tan perfecta que parecía ser un ángel, o un demonio, pues lo hacia revolcarse en los más impuros sentimientos.

Dejando que la música llenara sus odios, Reich observo el recorte de periódico que había robado de su última reunión con el maldito inglés.

- "La voz que da esperanza a los Aliados"

Leyó con amargura, viendo la foto de aquel rubio, deleitándose con su figura, recubierta por en un hermoso vestido rojo con azul, los colores de la bandera de su esposo. Colombia, así se llamaba, el marido trofeo del gran capitalista, un país sin importancia pero que había hecho vibrar cada fibra de su cuerpo.

Él era quien lo sacaba de su abismo, era su voz la que lo animaba, y eso era algo que no podía soportar. ¿Por qué deseaba a ese latino? A ese mundano ser, que ni siquiera representaba lo mejor de su territorio, tantas noches en vela deseando a ese idiota, tantas noches soñando con su alma y con un mundo donde pudiera ser él quien lo cortejara. Odiaba eso, odiaba desearlo, a ojos del alemán era igual que esos detestables judíos, pero sus ojos no podían dejar de observarlo.

Era esa magia que envolvía sus caderas, esa sonrisa que iluminaba cualquier lugar al que entraba, todavía recordaba como lo conoció, en aquella estúpida reunión donde por un momento deseo detener la guerra solo para hacerlo feliz.

Hace meses se burlaba del soviético por caer rendido ante un país de baja estripe y ahora él era quien añoraba la dulce voz del cafetero. Era desesperante, delirante y a la vez tan peligroso, pero no podía evitarlo, había caído, como los marineros encontraban la muerte, al seguir a las sirenas hasta el fondo del mar.

-Deber ser mío...Tiene que ser mío.

Dijo en medio de su locura, mirando el periódico, quería tenerlo solo para él, encerrado como un hermoso pajarito, en una jaula de oro, donde fuera el alemán el único con el privilegio de escuchar su voz y deleitarse con su talento.

La Historia Jamás Contada Sobre los PaísesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora