NARRATIVA ERÓTICA
CUENTOS DE FEBRIL LUJURIA FEMENINA
Gaizkane Alonso Martínez
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NARRATIVA ERÓTICA CUENTOS DE FEBRIL LUJURIA FEMENINA
Gaizkane Alonso Martínez
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ÍNDICE
1. Fuera Del Tiempo ….10 2. Regalo De Bodas…. 19 3. No Fue Un Día Cualquiera… 24 4. Agradecida….. 36 5. Sesiones Contra El Pecado…41 6. Eros Y El Teatro …………. 54 7. La Erótica Del Poder… 59 8. Fiesta Orgasmus… 68
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INTRO
Estos ocho cuentos narran sueños eróticos a medio camino entre la realidad y la imaginación. En ellos se da una mezcla de personajes: estudiantes, actores y actrices, curas, empresarias, aldeanas, cuarentones, veinteañeros… y un montón de situaciones dispares en hoteles, capillas de iglesia, teatros, fiestas, despedidas de soltera… En casi todas las historias hay un común denominador: son fantasías eróticas femeninas, excepto el primer relato, en el que el narrador es un hombre. En el resto de las historias, la mujer vive un proceso de liberación, de metamorfosis, de revolución personal. Las protagonistas se atreven a vivir experiencias de gran intensidad, algunas desconocidas hasta entonces, como la salida del armario, la prostitución masculina, o la creación de tríos y orgías colectivas, más allá de las normas convencionales de la moral patriarcal occidental. En todas las pornohistorias, la mujer es sujeto activo, llevada por el deseo incontrolable de poseer o ser poseída, de experimentar con su cuerpo y con las situaciones que se le presentan, y con una capacidad deliciosa de disfrutar sexualmente del intercambio de roles entre la sumisión y el dominio, con hombres y mujeres. Más allá del género, la mujer que desea explora y rompe con la heterosexualidad, la monogamia, la fidelidad, la pareja de dos. En ese proceso de búsqueda hay una pérdida de la inocencia, pero también de todos los roles asociados habitualmente a la figura femenina, mostrando así la falacia del mito que sostiene que una mujer que desea es una mujer anormal, enferma, desviada.
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Aún hoy en día, el estereotipo tradicional sigue representando la sexualidad femenina como más débil que la masculina, en el caso de las mujeres buenas, o como enfermiza, en el caso de las mujeres malas; los hombres siguen siendo mostrados como voraces, siempre dispuestos a la acción, y las mujeres como receptoras del deseo del otro, o como devoradoras sin escrúpulos, egoístas y ninfómanas, acepción que no tiene equivalente, en nuestro idioma, para los varones. Aquí, dándole la vuelta a los estereotipos patriarcales, nos encontramos con mujeres que se liberan de sus miedos y de los condicionamientos sociales para pasar a disfrutar sin trabas el juego del amor, adquiriendo de este modo una conciencia plena de su deseo, de su erotismo, de su capacidad multiorgásmica, de la sensualidad de las relaciones con otros hombres y mujeres. Además, esta narrativa pornoerótica no evita, como el porno tradicional, las relaciones afectivas entre los y las protagonistas; en algunas de ellas los personajes tienen una relación sentimental, y en otras, aunque acaben de conocerse, son capaces de establecer relaciones de mutua simpatía y complicidad, lo que aumenta el deseo en lugar de aniquilarlo. Y es que el amor en todas sus formas es un gran afrodisíaco que suele ser obviado, pero que sin embargo es un componente fundamental en las relaciones humanas, porque abre nuevas dimensiones a la sexualidad, liberándola del plástico al que nos tiene acostumbradas la narrativa porno tradicional. A través de esta liberación nos liberamos tod@s, fantaseando con situaciones eróticas ajenas, y convirtiéndolas en propias… Gaizkane Martínez Alonso Marzo 2011