| AT con Smoky la trama e idea de este OS le pertenece |
Estaba tan aferrado a la idea de volver a tener al joven revolucionario en sus brazos, acariciarlo, besarlo y hacerlo suyo de mil maneras, que estaba dispuesto a hacer lo que sea por lograrlo...
ADVERTENCIAS. ESTE ONE SHOT CONTIENE: Contenido sexual explícito. -Lenguaje vulgar. -Dub-Con (o consentimiento dudoso)
Borja Luzuriaga, el alcalde de Karmaland quién logro lo que quería a base de inocentes mentiras y traiciones hacia Quackity, su amante, por quién moría desde el primer instante en que lo vio. Evidentemente Quackity no quiso saber nada de él desde el momento en que le rompió el corazón con la traición tan descarada, no quería verlo o siquiera estar a dos metros de él pues lo odiaba a niveles exagerados.
Y a raíz de este rechazo, nació lo que sería una clase de ¿obsesión? por parte del castaño, estaba tan aferrado a la idea de volver a tener al joven revolucionario en sus brazos, acariciarlo, besarlo y hacerlo suyo de mil maneras, que estaba dispuesto a hacer lo que sea por lograrlo. ¿Imposible? nada era imposible para el alcalde del pueblo.
Nada era imposible para Luzu.
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Luzu movía el pie ansioso, era el día en que se encontraría nuevamente con Quackity para hablar respecto a los "problemas" que entre ellos había, pero tenía un problema, moría por quebrar los muros que los dividía.
Sabía al cien por ciento que el joven híbrido era alguien testarudo, de mal carácter y muy orgulloso lo que le hacía más complicado todo.
Y eso lo hacía más irresistible.
-¡Secuaz!- llamó en voz alta a uno de sus fieles seguidores.
Un hombre con capucha llegó a su lado rápidamente, jugando con las manos nervioso pues Luzu era alguien impredecible. -Diga, mi señor.
-¿Tienes la poción que le pedí a la bruja?- los rubíes miraron inquisitivo a la copia casi exacta a su lado.- Pedí específicamente que fuese entregada hoy.
-Sí, mi señor.- dijo el secuaz rebuscando en el bolsillo de la larga túnica negra. Un pequeño frasco con gotero pintó en el rostro del alcalde una gran sonrisa.
Su invitación para domar al pato salvaje estaba justo frente a él.
Solo necesitaba en que vertir aquel líquido.
La mente retorcida del castaño trabajó rápidamente, contemplando cada una de las posibilidades; Quackity no recibiría ningún líquido que fuera proveniente de él, antes preferiría morir que aceptar.
-Cuando Quacks llegue traigan dos copas con vino de mi reserva especial.- seguía agitando el pequeño frasco con una media sonrisa.-Viertan díez gotas de esto en la copa que me será entregada a mi.
-Pero mi señor-
-Quacks no aceptará nada que sea puesto frente a él, querrá beber de la copa que me entreguen a mi.- dijo con mirada dura.
-Lo que usted ordene, mi señor.
Luzu le entregó la poción al secuaz y lo observó alejarse con lo que sería el motivo para tener por siempre a Quackity con él.
