Bitch

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- Todavía me parece increíble que tengas auto y yo no. - Confiesa Spreen, haciendo un puchero. Roier suelta una risita.

- Algún día tendrás un auto, amigo.

- Ese es el apoyo que necesito. - Exclama Ivan, riéndose solo. - Mis viejos y Ari creen que no soy lo suficientemente responsable para tener un auto... - Murmura Ivan, frunciendo el ceño.

- Debería darles razones para que te consideren una persona responsable entonces, amigo.

- Supongo. - Murmura Spreen, observando detalladamente el masculino perfil de Roier. Cómo de sencillas serían las cosas si el chico no fuera la cosa más virginal que Spreen había conocido en su vida. Debía admitir que, con el tiempo, se fue dando cuenta de que Sebas era una persona muy bella. No solamente tenía un gran atributo allí abajo, sino que también tenía una linda sonrisa y unos ojos encantadores. Ivan podía admitir sin temores que le gustaba... pero el chico probablemente moriría de vergüenza si se lo decía, y ni hablar de darse un beso o algo parecido.

Así que las cosas eran más complicadas de lo que se veía a simple vista.

Incluso había hablado con Rubius acerca de su reciente y nuevo gusto por Sebastian, pero su mayor siempre le decía que no perdía nada con intentar confesarse.

Al parecer sus padres tenían razón, pues Ivan no era fanático de cargar con responsabilidades demasiado pesadas, y salir con Roier implicaba darle tiempo de acostumbrarse a la situación, y hacerle entender que no debía cohibirse por cualquier cosa... y Buhajeruk no contaba con paciencia suficiente para estar en una situación en la que Roier fuese su novio y no poder tocarle o hacer con él lo que en sus fantasías se presentaba con tanta frecuencia.

A pesar de que, el comienzo de aquella amistad, las disculpas, la amabilidad; fue todo por un enfermo deseo de obtener la polla del menor, Ivan estaba empezando a darse cuenta de que su plan no tenía fundamentos, y, mucho menos una razón válida de existir.

Se podría decir que estaba empezando a considerar la idea de rendirse, pero era de esas cosas en las que no quería profundizar, pues tampoco era que desease alejarse de Roier. Quizá... debería empezar a considerar la idea de que "sólo amigos" no era tan malo después de todo.

- ¿Es acá? - La voz del dueño de su maraña mental interrumpió el flujo de sus pensamientos con aquella pregunta, e Ivan tuvo que mirar a su alrededor para ver en dónde se encontraban, pues se había perdido del todo.

- Ehh... sí. - Murmuró Buhaje, observando el nombre del club al que Alexis les había invitado aquella noche.

Roier se dirigió hasta donde se podía observar una hilera de autos estacionados y se detuvo en el final, donde apagó el motor.

Ivan estuvo a punto de salir, hasta que se percató de que el menor no se movía. Así que le miró.

- ¿Te pasa algo, Ro? - Preguntó Ivan, acercando su mano hasta el cabello del pelinegro y revolviéndolo levemente.

- N-nunca había salido... a lugares como estos... - Confesó Sebastian.
Ivan sonrió, pues ya se lo esperaba.

- No te preocupes, bebé, nosotros vamos a estar pendientes de vos todo el tiempo, no te va a pasar nada. - Lo tranquilizó, acariciando su mejilla.
Roier le dirigió una mirada avergonzada, con un brillo de temor.

- ¿Prometes que no te vas a ir de mi lado? - Ivan tembló bajo el efecto que esas palabras le provocaron en el estómago. Aunque sabía que Roier se refería a esa noche en el club, Ivan no pudo evitar ponerlas en más de un contexto... y se sintió estúpido por ello.

- C-claro...

El menor sonrió ampliamente, haciendo al corazón de Spreen entrar en grandes problemas. Ahora el mayor temía que Sebastian pudiese escuchar su insistente palpitar, pues estaba golpeteando demasiado fuerte en su pecho.

Falofilia - sproier (TRASLADADA A AO3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora