Basorexia ~ Osasuna

I

Está historia la hice mientras escuchaba mi playlist por lo que tendra una que otra referencia a x canciones, disfruten, ojalá y les guste

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Tal vez era la adolescencia, claro, todos nos sentimos atraídos por otras personas en la adolescencia, bueno, no, cualquier edad se siente atraída, no es la mejor excusa. ¿Serán las hormonas? Bueno, tiene más sentido.

O quizás simplemente no podía evitar sentirse atraído por la belleza tan irreal de aquel muchacho, sus ojos color verde con leves toques amarillentos, hipnotizantes o tal vez ese cabello sedoso, a la vista limpio y bien cuidado, o su rostro, aquella piel limpia, lisa, blanca... O sus labios, esos carnosos y medianamente pomposos labios, ese color rosa que llevaban gracias al bálsamo labial que solía usar y algunos productos de cuidado que usaba en ellos.

Los miraba con deseo, su mirada perdida sobre esos grandes labios, adoraba verlos, amaba esa forma tan perfecta que tenían, el arco de cupido tan marcado dándoles una forma de corazón irreal, unos tonos rojizos y rosas, le gustaría conocer a qué sabía ese bálsamo de fresa que usaba el muchacho ¿Saberian igual de bien a como se ven? Buena pregunta, deseaba responderla.

Estaba tan ido que no se percató de los pequeños murmullos que se escuchan a su espalda, claro, olvidó que estaba en entrenamiento y estaban los muchachos allí, seguro que le vieron como todo un idiota mirando a aquel joven alto, con porte elegante, serio y con un semblante algo atemorizante pero eso no le quitaba lo hermoso y perfecto que se veía, tan inalcanzable que dolía ¿Será que el ojiverde se percató de la insistente mirada que le daba? Ojalá que no.

Pero sabía quiénes si se habían dado cuenta de ello, pero es que vamos, cualquiera se daría cuenta de los sentimientos que tiene el menor de los Miya por el primogénito de los Suna, Atsumu era uno de esos que sabían, claro, era su gemelo y tenía una extraña mala maña de investigarlo todo, así como hizo con aquel muchacho que conoció una vez en un partido, Sakusa Kiyoomi, una pobre alma en pena, cómo le llama Osamu, que fue víctima del impresionante acoso de Atsumu, recuerda que investigo todo sobre el, su madre, padre, hermanos, sabía que tenía una hermana y un hermano mayores, que su primo se llamaba Komori Motoya, el libero de su equipo, también logro sacar su signo, cumpleaños, hobbies y hace un tiempo se enteró que iba a ser tío ya que su hermano y la esposa estaban esperando un hijo.

Pero ese no es el caso, desde el día que Tsumu se enteró de que su hermanito estaba enamorado de Rintarōu no paro de hacer bromas, sacar el tema cada que podía y darle uno que otro empujón para que se declarase, no lo iba a hacer pero el intento cuenta, jamás sintió que su hermano fuera tan insoportable como esa semana, hasta las vecinas se enteraron y así como iba la cosa, dudaba que el castaño no se vaya a enterar pronto, "Acá el chisme corre más que la electricidad".

Recuerda que hace unos cuentos meses estaban juntos en la habitación, Atsumu no quiso salir con sus amigos, raro y ya presentía algo subnormal, no tanto como su hermano pero provenía de este. - Te gusta, no me mientas - le miro su hermano mientras hablaba - Qué? De que hablas Tsumu - Interrogó mientras sudaba frío - Rin, hablo de el, ¿crees que no me daría cuenta de cómo lo miras? ¡¡ Hasta Kita-san lo sabe !! - "¿Por qué no me lo comí cuando tuve la oportunidad?" Se pregunto mentalmente, era obvio que el rubio era estúpido, pero aveces debería ser contratado por el FBI.

- No, no me gusta Rinnie, de que hablas - Probablemente Suna lo hubiese asesinado si escuchaba aquel apodo, el castaño no era fan de los apodos pero es que no podía evitar ponerle alguno, recuerda cuando lo llamaron "Sunarin" y jamás se deshacieron de aquel apodo, se enojo, si, pero con el tiempo termino aceptandolo y ahora es característico de el.