Se sentía tan cálido todo, apesar de que acababa de salir de una práctica agitadora y que mañana tendría la primera prueba del semestre, todo se sentía tan tranquilo.Tal vez fue por qué hoy no fue un mal día, recapitulemos...
Despertó y se levantó a desayunar, se baño, cepillo los dientes, hizo su rutina de skin care, se cambió y salió directo al instituto, su madre estaba de buen humor y su hermana seguía durmiendo, cuando salió reconoció a Atsumu de lejos, este mismo me hizo un gesto para que se acercase y así fue, se dirigió hacia el rubio y allí vio a Osamu, se veía extrañamente bien, se peino diferente, llevaba el cabello hacia atrás, su camisa y ropa en general estaba limpia y lisa, extrañamente, también olía extremadamente delicioso, cambio su colonia, lo notó rápido, el teñido solía usar un perfume algo dulce y fuerte, ahora olía a un tenue olor dulce y liviano, olía como a colonia de hombre millonario, chistoso pero era real.
En clases las entendió a la perfección, incluso matemáticas, termino sus ejercicios rápido y le dejaron usar su celular, en los recesos no había tanta gente, se sentía cómodo el colegio, a la hora del almuerzo le invitaron a sentarse junto con Tsumu, Samu y Gin, un cuarteto sin duda desastroso, se rió mucho.
Regreso a su casa y recibió una llamada de Tooru contándole el mejor chisme que había escuchado en su vida, el Aoba es algo sin duda particular.
Si fue lindo, al menos no sufrió una migraña insoportable ni algún tipo de estrés, ahora solo esperaba que su día no terminará por arruinarse.
Salió a caminar para aprovechar un poco la tarde y ver el atardecer, al llegar se encontró con Osamu, quien volteo la mirada directo a su cara.
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No fue el mejor día, pero al menos convivio bastante con Suna, la mañana sin duda fue desastrosa, Tsumu se levantó gritando por qué ya iban algo tarde, su madre salió y su padre trabajaba.
Tuvo que peinarse diferente ya que algunos de sus mechones no se acomodaban con su típico peinado de lado, su colonia fue robada por Atsumu ya que quería "impresionar" a un chico con el que se vería a la salida del colegio.
+.'111
Llegó a su casa después del colegio y no mejoró, así que decidió cocinar algunos muffins y salió al parque.... No contó con que se encontraría a un lindo ojiverde allí.
Díos... Se veía tan hermoso, la tenue brisa movía sus cabellos hacia atrás, aquellas hermosas esmeraldas que llevaba por ojos se veían tan brillantes por el reflejo del sol, bajo aquel árbol Sakura... ¿Acaso existe la posibilidad de ser así de hermoso?
La señora Suna debió hacer algún tipo de pacto para que su hijo saliera así, blasfemias, la señora Suna era exageradamente bella, siempre fue una mujer muy recta y elegante, sin contar que su apariencia era impecable e intachable, no me sorprende que su primogénito haya heredado tal belleza.
-Hey! ¿Que tal?
-¿Mhm? - el castaño volteo algo confundido, no reconoció la voz a la primera, tal vez por qué el ojigris intento usar un tono de voz un tanto ridículo, intentando sonar coqueto - Oh, hola Samu.
-Que haces por aquí?
-Nada, estaba matando el tiempo dibujando un rato - Le gustaba dibujar, desde niño lo hacía, a su padre nunca le agrado mucho la idea, pero su madre siempre quedaba fascinada con cada dibujo que su hijo le llevaba, tenía talento, uno especial, como si sus manos tuviesen vida propia y le dieran realismo a cada cosa que su cabeza máquinaba.
Osamu siempre admiro la habilidad de Rintarōu, aún recuerda aquella vez en la que descubrio ese talento oculto que tenía el castaño, no fue nada extraordinario.
Iba encaminado al salón de clase de Suna ya que irían juntos hacia el gimnasio para entrenar, recuerda entrar y acercarse lento hacia la espalda del menor, sobre el hombro ajeno logro divisar un paisaje hermoso, con una pareja frente besandose, no tenía color, estaba pintado a lápiz y un lápiz grisaceo.
Recuerda que cuando lo vio hacer magia con sus falanges soltó un leve "Wow" no tan alto, pero si lo suficiente como para que el menor lo descubriera y tapara rápidamente el dibujo con sus manos, cerro su libreta y guardo sus cosas en su mochila en completo silencio mientras el mayor le veía.
- No digas nada de lo que viste.
Desde ese entonces se acostumbro a ver al ojiverde pintar o dibujar, y al parecer, al pasar del tiempo a Suna dejo de importarle si el peligris lo veía hacer algún garabato, líneas sin sentido o un dibujo abstracto en una hoja o cuaderno.
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Hola amikos, como les va?
Ojalá que bien, lamento la tardanza, estaba en semana de pruebas y trabajos importantes de la facu.
786 palabras
Bey

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Basorexia ~ Osasuna
Ciencia Ficción🤍11🤍 Basorexia 🤍11🤍 °. Necesidad de querer besar a otra persona .° #58 - #osasuna 20/04/23